En el mundo de las criptomonedas hay un viejo problema que nunca falta en las discusiones de actualidad, pero que sigue sin resolverse: los activos que tienes en teoría no los puedes usar en realidad. Cuando necesitas fondos con urgencia, solo puedes vender en pérdida, o meter a la fuerza tus posiciones en esos protocolos de préstamo que están al borde de la quiebra—y en cuanto el mercado se mueve, toda la posición desaparece.

Un nuevo protocolo DeFi busca solucionar este viejo problema desde la estructura básica. Su enfoque no consiste en alardear con altas tasas de rendimiento para captar la atención, sino en construir de manera sólida una infraestructura de liquidez más estable y con mayor paciencia.

¿Y por qué este proyecto parece diferente? Primero, porque: los colaterales ya no son activos ociosos.