La especulación es tan antigua como las montañas. Lo que ha ocurrido en el mercado hoy, lo que ocurrió en el pasado y volverá a ocurrir en el futuro. Wall Street no tiene novedades porque la naturaleza humana nunca cambia.
También me preguntan a menudo si tiene sentido entrar en el mundo de las criptomonedas con solo uno o dos mil dólares de capital.
Mi respuesta siempre es la misma: cuanto menor sea el capital, más fácil será tomar el camino correcto.
Hace poco, un alumno tenía solo 1500U en su cuenta, pero su estado emocional era más agitado que el mercado. Quería duplicar su dinero rápidamente, quería ganar rápido, pero le pedí que se calmara primero, sin apalancarse ni apostar en una dirección, siguiendo las reglas en cada operación. Los primeros tres días casi no hubo “emoción”, incluso dudaba si había aprendido algo en vano.
Hasta el cuarto día, la tendencia se manifestó, entramos en el mercado en la misma dirección, y una operación ganó un 18%. Fue la primera vez que descubrió: ganar dinero puede ser tan tranquilo. Los días siguientes, operaba cuando había movimiento, esperaba cuando no había oportunidad, y su cuenta fue subiendo poco a poco. Sin movimientos exagerados, sin milagros, pero cada paso fue firme y seguro.
El verdadero cambio no fue en las ganancias, sino en que empezó a no dejarse llevar por las emociones de las velas. No persigue las subidas, no se asusta con las bajadas, no duda al poner el stop, y la ejecución es más importante que el juicio. En ese momento supe que ya había “entrado” en el mundo.
He visto a muchas personas que, con diez mil dólares, pierden por un impulso momentáneo; también a muchas que, comenzando con unos pocos miles, sobreviven a un ciclo tras otro gracias a la disciplina.
El mundo de las criptomonedas nunca recompensa a los que tienen más coraje, solo recompensa a los que logran llegar hasta el final. Tener poco capital no es una desventaja, lo que no puedes controlar es tu impulsividad. Cuando aprendes a mantenerte firme en la mesa de operaciones, volver a la cima es solo cuestión de tiempo.
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La especulación es tan antigua como las montañas. Lo que ha ocurrido en el mercado hoy, lo que ocurrió en el pasado y volverá a ocurrir en el futuro. Wall Street no tiene novedades porque la naturaleza humana nunca cambia.
También me preguntan a menudo si tiene sentido entrar en el mundo de las criptomonedas con solo uno o dos mil dólares de capital.
Mi respuesta siempre es la misma: cuanto menor sea el capital, más fácil será tomar el camino correcto.
Hace poco, un alumno tenía solo 1500U en su cuenta, pero su estado emocional era más agitado que el mercado. Quería duplicar su dinero rápidamente, quería ganar rápido, pero le pedí que se calmara primero, sin apalancarse ni apostar en una dirección, siguiendo las reglas en cada operación. Los primeros tres días casi no hubo “emoción”, incluso dudaba si había aprendido algo en vano.
Hasta el cuarto día, la tendencia se manifestó, entramos en el mercado en la misma dirección, y una operación ganó un 18%. Fue la primera vez que descubrió: ganar dinero puede ser tan tranquilo. Los días siguientes, operaba cuando había movimiento, esperaba cuando no había oportunidad, y su cuenta fue subiendo poco a poco. Sin movimientos exagerados, sin milagros, pero cada paso fue firme y seguro.
El verdadero cambio no fue en las ganancias, sino en que empezó a no dejarse llevar por las emociones de las velas. No persigue las subidas, no se asusta con las bajadas, no duda al poner el stop, y la ejecución es más importante que el juicio. En ese momento supe que ya había “entrado” en el mundo.
He visto a muchas personas que, con diez mil dólares, pierden por un impulso momentáneo; también a muchas que, comenzando con unos pocos miles, sobreviven a un ciclo tras otro gracias a la disciplina.
El mundo de las criptomonedas nunca recompensa a los que tienen más coraje, solo recompensa a los que logran llegar hasta el final. Tener poco capital no es una desventaja, lo que no puedes controlar es tu impulsividad.
Cuando aprendes a mantenerte firme en la mesa de operaciones, volver a la cima es solo cuestión de tiempo.