Una aplicación promete hacer lo que los humanos han preguntado para siempre: decirte el día exacto en que morirás. El Reloj de la Muerte, lanzado en julio, afirma predecir la fecha de tu muerte utilizando inteligencia artificial.
Según Sensor Tower, ya ha obtenido más de 125,000 descargas y cuenta con datos de más de 1,200 estudios de esperanza de vida que abarcan a 53 millones de participantes.
Conectas detalles como tu dieta, hábitos de ejercicio, horario de sueño y niveles de estrés. ¿El resultado? Una fecha de muerte personalizada, morbosa, tal vez, pero aparentemente precisa.
La aplicación cobra $40 al año y no se muestra tímida sobre su tema. Los usuarios reciben una tarjeta de despedida completa con la Parca y un temporizador de cuenta regresiva que cuenta los segundos restantes de su vida. Brent Franson, el creador de la aplicación, dice que esto no es un truco publicitario.
Es una mejora seria de las tablas actuariales que las compañías de seguros y los gobiernos han utilizado durante siglos. La esperanza de vida no es solo una preocupación personal. Es la columna vertebral de la planificación financiera crítica
Las compañías de seguros, los fondos de pensiones y los gobiernos lo utilizan para decidir desde las primas de las pólizas hasta los pagos del Seguro Social. Estados Unidos, que ya está rezagado con respecto a otros países desarrollados en esperanza de vida, podría ver cómo sus obsoletos modelos de mortalidad son trastocados por la inteligencia artificial.
¿Realmente se necesita un Reloj de la Muerte?
Durante años, los datos de mortalidad han sido frustrantemente amplios. Por ejemplo, la Administración del Seguro Social predice que un hombre de 85 años en los EE. UU. tiene un 10% de probabilidad de morir en un año, con una esperanza de vida promedio de 5.6 años. Eso podría funcionar para estimaciones generales, pero Franson dice que es inútil para individuos.
La IA de Death Clock omite los promedios y adapta las predicciones en función de tus entradas únicas. Afirma ser una mejora “significativa” respecto a los métodos tradicionales.
El enfoque de la aplicación ya ha despertado interés en círculos académicos y económicos. En los últimos meses, la Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER) publicó dos documentos que exploran la mortalidad y su impacto económico.
Uno, titulado Sobre los límites de la edad cronológica, argumenta que las políticas basadas en la edad, como la jubilación obligatoria, están desactualizadas. Las personas envejecen de manera diferente y sus capacidades no siempre se alinean con sus años calendario. Las predicciones personalizadas del Reloj de la Muerte podrían ayudar a cambiar el enfoque de la edad a la funcionalidad real.
Otro estudio NBER examinó el “valor por vida estadística” (VSL), un cálculo utilizado en el análisis coste-beneficio para cosas como regulaciones medioambientales y seguridad en el lugar de trabajo. Por lo general, el VSL se estima en función de la compensación por trabajos peligrosos.
Los investigadores detrás de El valor de la vida estadística para los mayores utilizaron un enfoque diferente: cuánto gastan los estadounidenses mayores en atención médica para reducir su riesgo de morir. Descubrieron que un adulto mayor sano de 67 años valora su vida en $2 millones, en comparación con $600,000 para alguien en peor salud.
Cómo las predicciones de IA podrían remodelar la economía
Las implicaciones de predicciones precisas de mortalidad son enormes. Para la gente común, podría significar una planificación financiera más inteligente. Las decisiones sobre ahorro, inversión y retiro de fondos de jubilación a menudo se basan en estimaciones aproximadas. La precisión del Reloj de la Muerte podría hacer que esos planes sean menos un juego de adivinanzas.
Para los gobiernos y las corporaciones, las apuestas son aún más altas. Los fondos de pensiones, los seguros de vida y los programas de Seguridad Social dependen de las estimaciones de esperanza de vida. Si las personas viven más tiempo de lo esperado, los fondos se agotan. Si mueren antes, se desperdician recursos.
Pero hay un problema. Las expectativas de vida más largas traen sus propios problemas. Vidas más largas significan jubilaciones más largas, que requieren más ahorros. Las estrategias de inversión pueden tener que moverse hacia activos de mayor riesgo y mayor retorno, como las acciones.
Los enfoques tradicionales de renta fija pueden no ser suficientes para las personas que planean vivir hasta los 90 años. Sin embargo, no se trata solo de inversiones. Las predicciones de mortalidad impulsadas por la inteligencia artificial podrían influir en las políticas públicas, desde la atención médica hasta las leyes laborales.
Los puntos de referencia basados en la edad como la jubilación estatutaria podrían volverse irrelevantes si los datos personalizados se convierten en la norma. Los gobiernos podrían necesitar repensar cómo estructuran todo, desde impuestos hasta pensiones.
Brechas de longevidad y el papel del dinero
No todos se beneficiarán por igual de estos avances. La longevidad no se trata solo de la salud, sino también de la riqueza. Los estadounidenses ricos viven significativamente más largo que los pobres. La investigación de la Asociación Médica Estadounidense encontró que a los 40 años, el 1% más rico de los hombres vive 15 años más largo que el 1% más pobre.
Para las mujeres, la brecha es de 10 años. Angus Deaton, un economista ganador del Premio Nobel, relacionó esta disparidad con las “muertes por desesperación” causadas por la desigualdad económica.
Herramientas de IA como Death Clock podrían exponer aún más estas brechas. La capacidad de una persona para cambiar su fecha de muerte predicha depende en gran medida de sus recursos.
La aplicación sugiere cambios en el estilo de vida para prolongar tu vida, pero no todos pueden permitirse alimentos más saludables, membresías de gimnasio o vacaciones que reduzcan el estrés. Sin abordar estas desigualdades, las predicciones de IA podrían ampliar la brecha en lugar de cerrarla.
También hay intangibles que la IA no puede tener en cuenta. La soledad, por ejemplo, se sabe que acorta la esperanza de vida. La gratitud, por otro lado, puede prolongarla.
Un estudio de Harvard encontró que las mujeres que informaron sentirse más agradecidas tenían un 9% menos de riesgo de morir en tres años. Estos factores no son fácilmente cuantificables, pero importan.
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Herramienta de IA Promete una Predicción Precisa del Día en que Morirás
Una aplicación promete hacer lo que los humanos han preguntado para siempre: decirte el día exacto en que morirás. El Reloj de la Muerte, lanzado en julio, afirma predecir la fecha de tu muerte utilizando inteligencia artificial.
Según Sensor Tower, ya ha obtenido más de 125,000 descargas y cuenta con datos de más de 1,200 estudios de esperanza de vida que abarcan a 53 millones de participantes.
Conectas detalles como tu dieta, hábitos de ejercicio, horario de sueño y niveles de estrés. ¿El resultado? Una fecha de muerte personalizada, morbosa, tal vez, pero aparentemente precisa.
La aplicación cobra $40 al año y no se muestra tímida sobre su tema. Los usuarios reciben una tarjeta de despedida completa con la Parca y un temporizador de cuenta regresiva que cuenta los segundos restantes de su vida. Brent Franson, el creador de la aplicación, dice que esto no es un truco publicitario.
Es una mejora seria de las tablas actuariales que las compañías de seguros y los gobiernos han utilizado durante siglos. La esperanza de vida no es solo una preocupación personal. Es la columna vertebral de la planificación financiera crítica
Las compañías de seguros, los fondos de pensiones y los gobiernos lo utilizan para decidir desde las primas de las pólizas hasta los pagos del Seguro Social. Estados Unidos, que ya está rezagado con respecto a otros países desarrollados en esperanza de vida, podría ver cómo sus obsoletos modelos de mortalidad son trastocados por la inteligencia artificial.
¿Realmente se necesita un Reloj de la Muerte?
Durante años, los datos de mortalidad han sido frustrantemente amplios. Por ejemplo, la Administración del Seguro Social predice que un hombre de 85 años en los EE. UU. tiene un 10% de probabilidad de morir en un año, con una esperanza de vida promedio de 5.6 años. Eso podría funcionar para estimaciones generales, pero Franson dice que es inútil para individuos.
La IA de Death Clock omite los promedios y adapta las predicciones en función de tus entradas únicas. Afirma ser una mejora “significativa” respecto a los métodos tradicionales.
El enfoque de la aplicación ya ha despertado interés en círculos académicos y económicos. En los últimos meses, la Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER) publicó dos documentos que exploran la mortalidad y su impacto económico.
Uno, titulado Sobre los límites de la edad cronológica, argumenta que las políticas basadas en la edad, como la jubilación obligatoria, están desactualizadas. Las personas envejecen de manera diferente y sus capacidades no siempre se alinean con sus años calendario. Las predicciones personalizadas del Reloj de la Muerte podrían ayudar a cambiar el enfoque de la edad a la funcionalidad real.
Otro estudio NBER examinó el “valor por vida estadística” (VSL), un cálculo utilizado en el análisis coste-beneficio para cosas como regulaciones medioambientales y seguridad en el lugar de trabajo. Por lo general, el VSL se estima en función de la compensación por trabajos peligrosos.
Los investigadores detrás de El valor de la vida estadística para los mayores utilizaron un enfoque diferente: cuánto gastan los estadounidenses mayores en atención médica para reducir su riesgo de morir. Descubrieron que un adulto mayor sano de 67 años valora su vida en $2 millones, en comparación con $600,000 para alguien en peor salud.
Cómo las predicciones de IA podrían remodelar la economía
Las implicaciones de predicciones precisas de mortalidad son enormes. Para la gente común, podría significar una planificación financiera más inteligente. Las decisiones sobre ahorro, inversión y retiro de fondos de jubilación a menudo se basan en estimaciones aproximadas. La precisión del Reloj de la Muerte podría hacer que esos planes sean menos un juego de adivinanzas.
Para los gobiernos y las corporaciones, las apuestas son aún más altas. Los fondos de pensiones, los seguros de vida y los programas de Seguridad Social dependen de las estimaciones de esperanza de vida. Si las personas viven más tiempo de lo esperado, los fondos se agotan. Si mueren antes, se desperdician recursos.
Pero hay un problema. Las expectativas de vida más largas traen sus propios problemas. Vidas más largas significan jubilaciones más largas, que requieren más ahorros. Las estrategias de inversión pueden tener que moverse hacia activos de mayor riesgo y mayor retorno, como las acciones.
Los enfoques tradicionales de renta fija pueden no ser suficientes para las personas que planean vivir hasta los 90 años. Sin embargo, no se trata solo de inversiones. Las predicciones de mortalidad impulsadas por la inteligencia artificial podrían influir en las políticas públicas, desde la atención médica hasta las leyes laborales.
Los puntos de referencia basados en la edad como la jubilación estatutaria podrían volverse irrelevantes si los datos personalizados se convierten en la norma. Los gobiernos podrían necesitar repensar cómo estructuran todo, desde impuestos hasta pensiones.
Brechas de longevidad y el papel del dinero
No todos se beneficiarán por igual de estos avances. La longevidad no se trata solo de la salud, sino también de la riqueza. Los estadounidenses ricos viven significativamente más largo que los pobres. La investigación de la Asociación Médica Estadounidense encontró que a los 40 años, el 1% más rico de los hombres vive 15 años más largo que el 1% más pobre.
Para las mujeres, la brecha es de 10 años. Angus Deaton, un economista ganador del Premio Nobel, relacionó esta disparidad con las “muertes por desesperación” causadas por la desigualdad económica.
Herramientas de IA como Death Clock podrían exponer aún más estas brechas. La capacidad de una persona para cambiar su fecha de muerte predicha depende en gran medida de sus recursos.
La aplicación sugiere cambios en el estilo de vida para prolongar tu vida, pero no todos pueden permitirse alimentos más saludables, membresías de gimnasio o vacaciones que reduzcan el estrés. Sin abordar estas desigualdades, las predicciones de IA podrían ampliar la brecha en lugar de cerrarla.
También hay intangibles que la IA no puede tener en cuenta. La soledad, por ejemplo, se sabe que acorta la esperanza de vida. La gratitud, por otro lado, puede prolongarla.
Un estudio de Harvard encontró que las mujeres que informaron sentirse más agradecidas tenían un 9% menos de riesgo de morir en tres años. Estos factores no son fácilmente cuantificables, pero importan.
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