Ese fin de semana de noviembre, un problema de larga data finalmente tuvo una respuesta. El 25, dos figuras clave hablaron casi simultáneamente. El gobernador de la Reserva Federal, Waller, expresó directamente su soporte para una reducción de tasas en diciembre, aunque también reconoció que los recientes números de inflación han subido un poco, pero insistió en que esto es solo un fenómeno temporal. ¿Y enero del próximo año? Fue bastante realista: veamos los datos en ese momento. La presidenta de la Fed de San Francisco, Daly, fue incluso más directa: si el mercado laboral colapsa de repente, eso sería mucho más aterrador que un rebote en la inflación.