Las principales economías no se están moviendo de manera sincronizada en lo que respecta a las emisiones. Los últimos datos muestran que las naciones del G20—responsables de aproximadamente el 77% de lo que el planeta emite—están yendo en direcciones completamente diferentes. Algunas están reduciendo drásticamente, ¿otras? No tanto. La divergencia se está haciendo más evidente y está redefiniendo la forma en que pensamos sobre la política económica global y los compromisos ambientales en el futuro.