Las relaciones entre Estados Unidos y China vuelven a ocupar el foco internacional. El anuncio de Trump de nuevos aranceles sobre productos chinos desató el pánico en los mercados. Las caídas bruscas de Bitcoin y Ethereum a última hora del viernes dispararon la ansiedad de los inversores. Sin embargo, en apenas dos días, el sentimiento cambió drásticamente: Trump adoptó un tono conciliador y la confianza del mercado se recuperó con rapidez.
Este comportamiento resulta habitual entre los inversores. Trump suele pronunciar declaraciones relevantes tras el cierre de los mercados los viernes, lo que provoca que la volatilidad se manifieste primero en los mercados cripto, que nunca cierran. Para cuando los mercados financieros tradicionales abren el lunes, los movimientos extremos ya han sido absorbidos por el sector cripto.
En Truth Social, Trump publicó: “No te preocupes por China; ¡todo irá bien! El presidente Xi solo se ha encontrado con un pequeño contratiempo. Estados Unidos quiere ayudar a China, no perjudicarla”. Los inversores interpretaron esto como un signo de distensión, lo que desencadenó el rebote.
En el momento de la publicación, Bitcoin había repuntado hasta los 115 000 $—cerca de su máximo reciente—mientras que Ethereum superó los 4 150 $, recuperando más del 20 % desde el mínimo del viernes. La rápida recuperación del mercado cripto ilustra su sensibilidad extrema y su capacidad de adaptación inmediata.
Al funcionar 24/7, cualquier evento político inesperado se refleja primero en los mercados cripto. El trading apalancado provoca liquidaciones inmediatas, seguidas de rápidos repuntes conforme cambia el sentimiento inversor.
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Independientemente de que esta volatilidad responda o no a una estrategia deliberada, el efecto de los fines de semana de Trump confirma que el vínculo entre el espectáculo político y los activos digitales es más fuerte que nunca.