
Las Organizaciones Autónomas Descentralizadas (DAO) se han consolidado como una estructura de gobernanza revolucionaria dentro del ecosistema Web3, especialmente tras acontecimientos clave en el mercado de criptomonedas. Después del colapso de exchanges centralizados en 2022, que puso sobre la mesa cuestiones fundamentales sobre la descentralización en el sector cripto, las DAO atrajeron un interés creciente gracias a su capacidad de habilitar la toma de decisiones colectiva mediante mecanismos de votación transparentes. Las DAO gestionan colectivamente grandes sumas de capital en sus tesorerías, lo que las posiciona como uno de los sectores con mayor financiación en ámbitos emergentes como las finanzas descentralizadas (DeFi). Esta acumulación de capital demuestra la confianza y adopción crecientes de las DAO como modelo de gobernanza dominante en Web3; algunos defensores incluso sostienen que representan un salto revolucionario para la democracia y podrían sustituir los modelos empresariales tradicionales.
Una Organización Autónoma Descentralizada (DAO) es una estructura de gobernanza online innovadora en la que ninguna entidad individual ostenta el control absoluto sobre los procesos de decisión. Para entender qué es una DAO, hay que analizar cómo funcionan de forma semejante a redes peer-to-peer (P2P) como Bitcoin, pero en vez de transferir criptomonedas, validan y registran votos digitales. A diferencia de organismos gubernamentales tradicionales o consejos de administración con jerarquías rígidas, las DAO emplean tecnología blockchain para ofrecer igualdad de acceso al voto sobre propuestas y mantener un registro transparente de todas las decisiones tomadas.
La base teórica de las DAO fue presentada por el informático Dan Larimer a mediados de la década de 2010, aunque no lograron una adopción generalizada hasta la aparición de Ethereum. Los "smart contracts" de Ethereum fueron esenciales para el desarrollo de las primeras DAO. Estos contratos inteligentes son programas informáticos diseñados para ejecutar órdenes complejas predefinidas, eliminando intermediarios en la toma de decisiones y permitiendo votaciones seguras en plataformas digitales sin necesidad de verificación centralizada. Los smart contracts de una DAO ejecutan automáticamente la "voluntad de la comunidad" y almacenan los datos en un registro público, ofreciendo una experiencia de votación transparente y no jerárquica.
La primera y más célebre DAO en la historia cripto fue un proyecto basado en Ethereum, denominado simplemente "The DAO", lanzado en 2016. Los participantes invirtieron 150 millones de dólares para formar parte de esta comunidad de gobernanza atípica, que otorgaba derechos de voto sobre la distribución de fondos de su tesorería virtual. Sin embargo, a los pocos meses del lanzamiento, unos hackers explotaron vulnerabilidades en el código del smart contract de The DAO, robando 50 millones en criptoactivos. Este "DAO hack" provocó una escisión en la comunidad de desarrollo de Ethereum: una parte creó una nueva blockchain para reembolsar a los afectados, mientras que otros defendieron que cualquier intervención externa iba en contra de los principios de descentralización. Actualmente, Ethereum Classic (ETC) representa la blockchain original de Ethereum con el hack de The DAO en su historial, mientras que la versión actual de Ethereum restauró manualmente los fondos sustraídos.
Pese a este incidente de seguridad, los desarrolladores de Web3 mantuvieron su apuesta por el modelo DAO. Cientos de nuevos proyectos cripto han adoptado las DAO para dar voz a los usuarios en la evolución de los protocolos. Las DAO aglutinan una parte relevante del valor total de DeFi, y otros segmentos como juegos play-to-earn y colecciones de NFT también recurren a las DAO para dinamizar la participación comunitaria online.
Cada DAO opera bajo reglas y procedimientos propios, pero la mayoría emite criptomonedas denominadas "governance tokens", donde cada token equivale a un voto dentro del protocolo. Para comprender este mecanismo de gobernanza, los desarrolladores codifican las normas que deben seguir los miembros en smart contracts y las implementan en portales de gobernanza específicos. Cuando se propone una modificación en una aplicación descentralizada (dApp) o una transferencia de fondos de la tesorería de la DAO, los desarrolladores o miembros redactan una propuesta y la someten a votación en el portal correspondiente. Los poseedores de governance tokens de la dApp depositan estos activos directamente en un smart contract para votar a favor o en contra de la iniciativa. Finalizado el periodo de votación, el smart contract contabiliza los votos y ejecuta automáticamente la decisión vencedora.
Un ejemplo es ApeCoin DAO, una comunidad Web3 centrada en la conocida colección NFT Bored Ape Yacht Club (BAYC) de Yuga Labs, que celebró una votación crucial en 2022. Los miembros decidieron si ApeCoin (APE) debía continuar en la blockchain de Ethereum o migrar a otra como Avalanche. Al cierre de la votación, el 54 % de los titulares de APE optó por permanecer en Ethereum, por lo que el smart contract no aplicó ningún cambio, reflejando así la democracia directa de la gobernanza DAO.
Para unirse a una DAO es necesario adquirir el governance token oficial vinculado al protocolo de un proyecto Web3. Una vez que dispongas de la criptomoneda correspondiente en tu wallet digital, puedes conectar tu cuenta en la web de la DAO y participar en los procesos de votación. Por ejemplo, para formar parte de la plataforma de préstamos descentralizados Aave, necesitas tokens AAVE para votar en el Governance Forum de Aave. Gracias a la proliferación de proyectos como Aave y Uniswap, los governance tokens son fácilmente accesibles en los principales exchanges y plataformas descentralizadas. Muchas DAO también distribuyen governance tokens como recompensa a quienes contribuyen al desarrollo del proyecto, como traders iniciales o yield farmers.
No obstante, incluso sin governance tokens en tu wallet, puedes consultar futuras propuestas y comentar en algunos foros de gobernanza. Muchas DAO cuentan con código open-source para garantizar la máxima transparencia y acoger mejoras y sugerencias de la comunidad. Si bien se requiere poseer governance tokens para emitir votos, cualquier usuario puede consultar y participar en debates online, promoviendo así la inclusión en la toma de decisiones comunitaria.
La descentralización y la transparencia son los principales atractivos que entusiasman a las comunidades DAO. El mayor beneficio de una DAO radica en cómo el anonimato y la descentralización de la tecnología blockchain impiden que ninguna autoridad bloquee el voto de un usuario sobre un protocolo, garantizando una participación genuinamente democrática. Siempre que se disponga de una wallet cripto y el governance token correspondiente, cualquier individuo puede expresar su opinión sobre cambios relevantes. Este modelo de toma de decisiones abierta contrasta con las estructuras empresariales y gubernamentales tradicionales, donde los procesos suelen ser opacos y restringidos a una minoría.
Las DAO eliminan la posibilidad de reuniones "a puerta cerrada" y minimizan el riesgo de fraude electoral gracias a la precisión del código de los smart contracts y la transparencia del registro público de la blockchain. Cada voto queda registrado de forma inmutable, y la ejecución de las decisiones es automática y verificable, generando un nivel de confianza y rendición de cuentas inédito en la gobernanza digital. Esta transparencia también alcanza la gestión de fondos, ya que las tesorerías y asignaciones de las DAO son visibles para toda la comunidad, fomentando la responsabilidad y el sentido de propiedad colectiva.
Pese a la evolución experimentada desde el "DAO hack" de 2016, los ciberataques siguen representando un reto considerable para desarrolladores y votantes de DAO. Un hacker que detecte una vulnerabilidad en el código fuente de un smart contract puede robar fondos o interferir en las votaciones. El carácter open-source de muchos desarrollos Web3, si bien promueve la transparencia, también facilita el acceso de hackers experimentados a la arquitectura de una DAO. Si existe algún error en el código, un atacante puede explotarlo y comprometer el protocolo, lo que puede invalidar todo el proyecto Web3 y generar graves pérdidas financieras.
Fuera del ámbito de la seguridad, las DAO suelen enfrentar dificultades en la agilidad de toma de decisiones y en la velocidad de ejecución. Al operar mediante código y no bajo una estructura jerárquica, toda propuesta —incluso una simple actualización o corrección— debe someterse al proceso de votación, lo que puede ralentizar la innovación y el crecimiento frente a competidores centralizados, que pueden tomar decisiones ejecutivas de forma inmediata.
Además, persisten dudas sobre el grado real de democracia en ciertas DAO. Algunos estudios indican que menos del 1 % de los miembros de una DAO controla hasta el 90 % de los governance tokens en algunas aplicaciones Web3. Cuantos más tokens concentra una entidad, mayor es su poder de voto, lo que puede derivar en modelos oligárquicos en lugar de democráticos. Para resolver este problema, algunos defensores de las DAO desarrollan soluciones innovadoras. Por ejemplo, los "soulbound tokens" (SBTs) son criptoactivos experimentales no transferibles que funcionan como identificadores virtuales. Algunas DAO podrían migrar a SBTs en vez de governance tokens para garantizar que cada miembro tenga el mismo peso en las votaciones, independientemente de su poder adquisitivo.
La DAO más relevante depende de los intereses y necesidades de cada usuario. Algunos traders prefieren las DAO asociadas a sus plataformas de trading descentralizado favoritas, mientras que otros apoyan DAO dedicadas a causas benéficas. En definitiva, la DAO preferida de cada usuario suele estar vinculada a intereses o servicios que emplea habitualmente dentro del ecosistema cripto.
Aunque no se puede afirmar de forma categórica que una DAO sea superior a otra, varias dominan una parte destacada del mercado Web3. Los agregadores de precios cripto incluyen apartados dedicados a los principales "DAO tokens", y varios proyectos figuran sistemáticamente en los primeros puestos:
Uniswap DAO es el órgano de gobernanza de la plataforma de trading descentralizada Uniswap, basada en Ethereum. Los miembros de la comunidad votan propuestas utilizando tokens UNI desde la pestaña oficial Governance. Dada la influencia de Uniswap en DeFi, los tokens UNI se negocian activamente en múltiples plataformas, lo que los convierte en uno de los governance tokens más líquidos y accesibles.
MakerDAO, fundada en 2017, opera como una plataforma de préstamos descentralizada sobre Ethereum y es célebre por el lanzamiento de la stablecoin DAI. Cualquier titular del governance token MKR puede votar cambios en el protocolo, incluidas decisiones cruciales como los ajustes de tipos de interés que afectan directamente a la estabilidad y funcionalidad de DAI.
Lido DAO es una plataforma DeFi que facilita el staking de criptomonedas como Ethereum, Solana y Polygon (MATIC). Quienes deseen votar cambios en los procedimientos o la tesorería de Lido utilizan el governance token LDO. La importancia de Lido ha crecido de forma notable desde la transición de Ethereum a proof-of-stake, consolidándose como pieza clave de la infraestructura DeFi.
Las Organizaciones Autónomas Descentralizadas representan un cambio radical en la gobernanza organizativa, ofreciendo transparencia, participación comunitaria y toma de decisiones democrática sin precedentes en el ecosistema Web3. Comprender qué es una DAO y el alcance de este modelo de gobernanza explica el peso creciente que han adquirido en la industria cripto. A pesar de retos como vulnerabilidades de seguridad, lentitud en la toma de decisiones y concentración de tokens, las DAO siguen evolucionando y ganando presencia en distintos ámbitos del sector. Con grandes sumas de capital en sus tesorerías y representando un porcentaje relevante del valor total de DeFi, estas entidades han demostrado una resiliencia y potencial de crecimiento destacados. La aparición de soluciones como los soulbound tokens para superar limitaciones actuales, sumada a la adopción de modelos DAO por parte de más proyectos, hace posible que estas organizaciones transformen la democracia y la gobernanza corporativa en la era digital. El éxito de DAO como Uniswap, MakerDAO y Lido muestra que, pese a los reveses iniciales como el hack de The DAO en 2016, la idea de una gobernanza descentralizada sigue siendo sólida y útil para coordinar acciones colectivas y gestionar recursos comunes en el ecosistema cripto.
DAO corresponde a Decentralized Autonomous Organization. Es una entidad basada en blockchain, gestionada mediante smart contracts y por los miembros de la comunidad.
Una DAO es una organización descentralizada gobernada por smart contracts, que opera de forma transparente y está controlada por sus miembros, sin autoridad central. Requiere reglas, tokens de financiación y derechos de voto.
Las DAO se emplean para la gobernanza descentralizada, la toma de decisiones colectiva y la gestión de fondos en proyectos Web3. Permiten operaciones gestionadas por la comunidad y votaciones transparentes sobre propuestas.











