
Ethereum ha protagonizado una de las transformaciones más profundas en la historia de las criptomonedas con la llegada de Ethereum 2.0. Esta evolución supone un cambio radical en la operativa de la principal plataforma global de smart contracts, que abandona el proof-of-work en favor de un mecanismo de consenso proof-of-stake. Comprender la tecnología crypto 2.0 y este proceso de transición resulta esencial para quienes se interesan por el desarrollo de blockchain y el futuro de las aplicaciones descentralizadas.
Ethereum, presentado en 2015, se consolidó como la plataforma de smart contracts líder en el ecosistema cripto. A diferencia de Bitcoin, que actúa principalmente como moneda digital peer-to-peer, Ethereum creó un «superordenador global» capaz de ejecutar aplicaciones descentralizadas. Esta capacidad se basa en los smart contracts: programas blockchain que ejecutan automáticamente instrucciones predefinidas sin intermediarios.
Estos smart contracts permiten a los desarrolladores crear aplicaciones descentralizadas (dApps) que funcionan como las aplicaciones web tradicionales (por ejemplo, Facebook o Twitter), pero sin control centralizado. En vez de depender de grandes tecnológicas o gobiernos, las dApps operan gracias al código de smart contract y a la capa de consenso de Ethereum, ofreciendo a los usuarios una experiencia online automatizada, peer-to-peer y sin necesidad de confianza en terceros.
Ethereum 2.0, denominado también crypto 2.0 en el conjunto del universo blockchain, representa una evolución estructural de este sistema. Desde «The Merge» en septiembre de 2022, Ethereum migró del mecanismo de consenso proof-of-work (PoW) al modelo proof-of-stake (PoS). Este cambio soluciona problemas de escalabilidad clave como la lentitud de las transacciones, la congestión de la red y los elevados gas fees. La transición ha dado resultados notables, con mejoras sustanciales en los costes de gas y en la eficiencia de la red desde su entrada en vigor.
El sistema proof-of-stake en crypto 2.0 opera de forma radicalmente distinta a su versión anterior. Los validadores de Ethereum 2.0 deben bloquear un mínimo de 32 ETH en la blockchain principal para poder participar en el procesamiento de transacciones. El algoritmo de la red selecciona aleatoriamente validadores para completar bloques de transacciones unas 7 200 veces al día. Cuando un validador emite correctamente nuevos datos de pago, recibe recompensas en ETH directamente en su wallet cripto.
La distribución de recompensas es dinámica y depende del número total de validadores activos en la red en cada momento. Así, se crea un ecosistema autorregulado donde la participación de los validadores se ajusta de forma natural según los incentivos.
Para salvaguardar la seguridad y la integridad de la red, Ethereum 2.0 emplea un sistema de «slashing». Este mecanismo penaliza automáticamente a quienes actúan de forma maliciosa, retirándoles la criptomoneda en staking si envían datos falsos o incumplen el protocolo. Los validadores que se desconectan o descuidan sus tareas de staking también pueden sufrir penalizaciones de slashing, lo que garantiza la participación y la seguridad continuas de la red.
La diferencia fundamental entre Ethereum y Ethereum 2.0 es el cambio del consenso proof-of-work al proof-of-stake. Sin embargo, el alcance de esta transformación crypto 2.0 va mucho más allá de lo técnico.
El impacto medioambiental es uno de los aspectos más relevantes. Las blockchains proof-of-work como Bitcoin requieren un elevado consumo eléctrico para mantener la minería activa. En contraste, el proof-of-stake elimina la necesidad de grandes equipos mineros. Según la Ethereum Foundation, la capa de consenso de Ethereum consume un 99,95 % menos de energía que la capa de ejecución, lo que supone una drástica reducción del impacto ambiental.
El modelo económico también cambia de forma significativa. Antes de Ethereum 2.0, el protocolo emitía unos 14 700 ETH diarios. Tras el cambio a proof-of-stake, la emisión diaria bajó a 1 700 ETH. Junto a la actualización EIP-1559 de 2021, que quema parte de cada comisión de transacción, Ethereum 2.0 puede volverse deflacionario cuando la tasa de quema supera los 1 700 ETH al día.
La velocidad de las transacciones también se ha optimizado, con lotes confirmados cada 12 segundos, frente a los 13-14 segundos del modelo anterior, creando así una infraestructura crypto 2.0 mucho más eficiente.
Ethereum 2.0 se lanzó oficialmente el 15 de septiembre de 2022, durante «The Merge», cuando la capa de ejecución de Ethereum migró a la Beacon Chain de proof-of-stake. La Beacon Chain, presentada por Vitalik Buterin en diciembre de 2020, funcionó en paralelo a la red original, permitiendo a los inversores hacer staking de ETH y respaldar la descentralización de la nueva blockchain antes de la transición total.
El proceso, sin embargo, no termina con The Merge. Según Buterin, Ethereum afrontará cinco grandes transiciones dentro de su evolución crypto 2.0:
The Surge introduce el «sharding», que fragmenta los datos de la blockchain en unidades más pequeñas, aliviando la presión sobre la mainnet y acelerando el procesamiento de las transacciones.
The Scourge pone el foco en reforzar la seguridad del usuario, aumentando la resistencia frente a la censura y mejorando el sistema Maximum Extractable Value (MEV) para evitar la explotación de datos de transacciones.
The Verge integra las «Verkle trees», un avanzado modelo criptográfico de pruebas que reduce los requisitos de datos de los validadores, facilitando el staking de ETH y fomentando la descentralización.
The Purge elimina datos obsoletos o innecesarios para liberar almacenamiento, lo que podría permitir que Ethereum 2.0 procese más de 100 000 transacciones por segundo.
The Splurge sigue siendo un enigma, aunque Buterin asegura que traerá novedades relevantes y emocionantes al ecosistema.
Si bien los validadores necesitan 32 ETH para participar en Ethereum 2.0, la delegación permite que inversores con cantidades menores accedan a la red crypto 2.0. Delegar implica depositar criptomonedas en el pool de staking de un validador a cambio de un porcentaje de las recompensas.
Existen numerosos proveedores externos que ofrecen servicios de delegación en Ethereum 2.0, incluyendo diversas plataformas, wallets y plataformas DeFi como Lido Finance. Los delegadores no disponen de los derechos de voto que tienen los validadores completos en las propuestas de gobernanza on-chain, pero tampoco asumen la responsabilidad de confirmar transacciones.
La delegación, no obstante, conlleva riesgos. Los delegadores pueden sufrir penalizaciones por slashing si el validador elegido incumple el protocolo proof-of-stake o comete errores. En ese caso, los delegadores podrían perder todo el ETH en staking, por lo que elegir al validador adecuado es clave para proteger la inversión.
El cambio a proof-of-stake no afecta al código base de la criptomoneda nativa ETH de Ethereum. La Ethereum Foundation advierte expresamente contra los fraudes que afirman que los usuarios deben «comprar monedas Ethereum 2.0» o actualizar su ETH1 a ETH2. Estas afirmaciones son falsas y buscan engañar a los inversores.
Este principio se aplica a todos los tokens basados en Ethereum, tanto los tokens fungibles como LINK y UNI, como los NFTs tipo CryptoPunks. Todas las monedas y tokens nativos del protocolo Ethereum migraron automáticamente a la nueva capa de consenso tras el 15 de septiembre de 2022, sin que los titulares tuvieran que realizar ninguna acción.
Ethereum 2.0 marca un antes y un después en la tecnología blockchain y en la era crypto 2.0, transformando de raíz el funcionamiento de la principal plataforma de smart contracts. El paso de proof-of-work a proof-of-stake resuelve retos críticos como la sostenibilidad ambiental, la escalabilidad y la eficiencia económica. Con una reducción del 99,95 % en el consumo energético, mayor velocidad de transacción y un modelo económico potencialmente deflacionario, Ethereum 2.0 se posiciona para una adopción más amplia entre desarrolladores, inversores y usuarios.
La hoja de ruta de mejoras —The Surge, The Scourge, The Verge, The Purge y The Splurge— anticipa innovación constante y avances en el ecosistema crypto 2.0. A medida que estas actualizaciones se implementen, Ethereum 2.0 aspira a lograr capacidades de procesamiento de transacciones sin precedentes, manteniendo descentralización y seguridad. Para la comunidad cripto, esta evolución supone mucho más que una actualización técnica: es una reinvención del potencial de la tecnología blockchain para construir una infraestructura de internet descentralizada propia de la generación crypto 2.0.
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