No compres cosas para los demás que ni siquiera te comprarías a ti mismo. La forma en que te tratas a ti mismo es la sugerencia psicológica que te dejas. Esta mentalidad de ser generoso con los demás y tacaño contigo mismo, en realidad proviene de tu auto-negación y devaluación interna, esencialmente no te valoras a ti mismo. Desde un punto de vista filosófico, los demás son el infierno, y la verdad más profunda de esta frase es que aquellos que no saben amarse a sí mismos nunca sabrán cómo amar a los demás. Detrás de dar en exceso se esconde un miedo oculto, temes no ser necesario, temes perder tu valor, temes que el peso de ser amado no sea suficiente. Pero recuerda, si no puedes darte a ti mismo primero, nunca sabrás cómo dar a los demás de la manera correcta, dándoles lo que realmente necesitan.