El recién inaugurado centro del FMI en Shanghái podría marcar un antes y un después en la resiliencia económica global. Funcionarios y analistas de mercado creen que este paso podría aportar el impulso tan necesario para la estabilidad financiera mundial, especialmente ahora, cuando los mercados están inmersos en múltiples capas de incertidumbre. ¿El momento? No podría ser más crítico. Con la volatilidad aumentando en distintas regiones y los modelos económicos tradicionales sometidos a pruebas constantes, contar con un ancla institucional en uno de los principales centros financieros de Asia tiene todo el sentido estratégico. No se trata solo de una expansión geográfica; es una cuestión de posicionamiento ante lo que pueda venir en un panorama económico cada vez más impredecible.