¿Vidas lujosas? Ya no. La gente está apretándose el cinturón de formas que no esperarías. Rechazando invitaciones a cenar para evitar compartir la cuenta. Posponiendo esa visita al médico porque el copago duele. Algunos incluso se saltan comidas por completo. La presión financiera es real, y está transformando la manera en que la gente corriente afronta sus rutinas diarias.
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¿Vidas lujosas? Ya no. La gente está apretándose el cinturón de formas que no esperarías. Rechazando invitaciones a cenar para evitar compartir la cuenta. Posponiendo esa visita al médico porque el copago duele. Algunos incluso se saltan comidas por completo. La presión financiera es real, y está transformando la manera en que la gente corriente afronta sus rutinas diarias.