Un gigante tecnológico acaba de ser demandado en un caso que está llamando la atención. Un juez federal decidió que un cierto fabricante de teléfonos inteligentes y un laboratorio de IA líder no pueden eludir las acusaciones de conducta anticompetitiva. Aquí está el trato: un asistente de IA obtuvo integración exclusiva en millones de dispositivos, mientras que una IA competidora—respaldada por un controvertido multimillonario—fue completamente excluida. Los críticos dicen que esto no es solo una estrategia comercial. Es Gatekeeping. El tribunal se niega a desestimar el caso. ¿La traducción? Esta batalla legal se está intensificando. Y podría remodelar cómo se distribuye la IA en el hardware de consumo. Alguien está jugando a favoritos. Alguien más no está contento con eso. Ahora los tribunales decidirán si eso es juego limpio o juego sucio.