¿Alguna vez te has preguntado cómo llegamos aquí? La historia del Cripto se divide en tres capítulos distintos, cada uno definido por lo que más importaba en ese momento.

Primero llegó la era de prueba de trabajo, aproximadamente de 2009 a 2017. Bitcoin lanzó todo—los mineros trabajando arduamente, resolviendo acertijos, asegurando la red a través de un esfuerzo computacional bruto. Todo se trataba de confianza sin intermediarios.

Luego, la programabilidad dominó desde 2017 hasta 2025. Los contratos inteligentes cambiaron todo. De repente, las cadenas de bloques ya no eran solo libros de contabilidad, eran plataformas. DeFi explotó, los NFTs se volvieron populares, y los desarrolladores construyeron economías enteras en la cadena. La funcionalidad se convirtió en el nombre del juego.

Ahora estamos entrando en lo que parece ser la fase de privacidad, comenzando en 2025 y extendiéndose hasta la década de 2030. A medida que el cripto madura y se expande la adopción, las personas están exigiendo lo que siempre han tenido fuera de línea: confidencialidad. Pruebas de conocimiento cero, transacciones encriptadas, identidades protegidas—esta era se trata de mantener tus asuntos como propios mientras sigues viviendo en la cadena.

Tres eras. Tres prioridades. La misma revolución.