Bitdealer traslada la lógica subyacente de los derivados financieros a la cadena

¿Por qué se dice esto?

En la mayoría de los proyectos DeFi, los llamados beneficios son solo una ilusión de incentivos inflacionarios. Los proyectos emiten nuevos tokens para mantener el precio de los tokens existentes, el capital circula dentro del ecosistema, pero muy pocas veces se conecta realmente con la economía externa. Bitdealer rompe con esta tradición, y a través de ingresos reales del iGaming, introduce el flujo de efectivo directamente en la estructura financiera, haciendo que la curva de precios del token tenga por primera vez una relación causal con las ganancias reales.

Cada apuesta en el juego no es simplemente una especulación, sino un evento de flujo de efectivo del protocolo. Estos ingresos se integran en la lógica en cadena, ejecutando automáticamente recompras, lo que otorga valor al token en función de las ganancias.

En el diseño de Bitdealer, el token no es una ilusión del futuro, sino una distribución del derecho a los beneficios. Es como un producto estructurado en finanzas tradicionales: los activos subyacentes (ingresos del iGaming) respaldan los activos derivados (valor del token), y el protocolo realiza automáticamente el ciclo de ingreso—recompra—quema. Bitdealer no depende de inflar artificialmente el precio, sino de una presión de compra sostenida basada en flujos de efectivo continuos.

Se puede decir que es uno de los pocos proyectos en la historia de las criptomonedas que realmente ha codificado la rentabilidad. Desde incentivos inflacionarios hasta soporte de beneficios, Bitdealer lleva DeFi de ganancias virtuales a ganancias estructuradas.

Esto no es solo una innovación en productos, sino una actualización en el paradigma financiero. La futura valoración del token podría beneficiarse de esto, pero aún está por verse.

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