Los futuros de café toman un respiro hoy ya que se espera lluvia en Brasil que podría aliviar las preocupaciones por la sequía. El arabica de diciembre bajó un 2.3%, el robusta de enero bajó un 0.15%, pero ambos se mantienen por encima de los mínimos de la semana pasada.

¿La presión? La región de Minas Gerais en Brasil, que cultiva la mayor parte del arabica del mundo, fue duramente afectada por la sequía (solo 0.3mm de lluvia la semana pasada en comparación con los niveles normales). PERO aquí está el giro de la trama: las conversaciones comerciales entre Trump y Lula podrían acabar pronto con ese brutal arancel del 50% de EE. UU. sobre el café brasileño, lo que volvería a inundar el mercado.

Por el lado de la oferta, la situación se está volviendo más ajustada. Los inventarios de arabica en ICE alcanzaron un mínimo de 1.5 años (446 mil sacos), y las existencias de robusta cayeron a mínimos de 3.25 meses. Los compradores estadounidenses están literalmente rechazando nuevos contratos de café brasileño debido a los aranceles—aproximadamente 1/3 del café sin tostar en EE. UU. proviene de Brasil.

Mientras tanto, Vietnam está mostrando más fuerza. Las exportaciones de café aumentaron un 10.9% interanual, y se proyecta que la producción de 2025/26 aumente un +6% para alcanzar un máximo de 4 años de 1.76 millones de toneladas. Ese aumento en la oferta de robusta también está presionando los precios.

En resumen: el clima seco en Brasil apoya los precios, pero el riesgo de eliminación de aranceles + la cosecha abundante de Vietnam = presión a la baja. El mercado está atrapado entre los temores de sequía de La Niña para la cosecha del próximo año y la realidad inmediata de la oferta.