Se dice a menudo que el dinero es poder, pero ¿qué pasa cuando se combinan ambos? Es otra historia. Al analizar los patrimonios de los grandes líderes mundiales, se descubren cifras que marean.
Poutine se encuentra en la cima con una fortuna estimada de 70 mil millones de dólares — una acumulación que haría sonrojar a muchos millonarios tradicionales. Detrás de él, Trump muestra 5,3 mil millones, construidos sobre bienes raíces y la autopromoción. La diferencia de orden de magnitud ya es reveladora.
Pero aquí está lo interesante: la fuente de estas riquezas no se parece a la de los multimillonarios tecnológicos. Ali Khamenei (2 Md$), el sultán de Brunei (1,4 Md$), el-Sisi (1 Md$)… sus fortunas están estrechamente ligadas a décadas de influencia política, control estratégico y a menudo empresas estatales. Este es el modelo clásico donde el poder genera riqueza, en lugar de al revés.
Comparado con eso, Michael Bloomberg (1 Md$ acumulados a través de su plataforma financiera) o incluso Macron (500 M$) parecen casi “moderados”.
¿La verdadera pregunta? ¿Reflejan estos patrimonios una verdadera creación de valor o más bien un concentrado del control sistémico? Depende de ti decidir.
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Cuando el poder político rima con fortuna: ¿quiénes realmente dominan la economía mundial?
Se dice a menudo que el dinero es poder, pero ¿qué pasa cuando se combinan ambos? Es otra historia. Al analizar los patrimonios de los grandes líderes mundiales, se descubren cifras que marean.
Poutine se encuentra en la cima con una fortuna estimada de 70 mil millones de dólares — una acumulación que haría sonrojar a muchos millonarios tradicionales. Detrás de él, Trump muestra 5,3 mil millones, construidos sobre bienes raíces y la autopromoción. La diferencia de orden de magnitud ya es reveladora.
Pero aquí está lo interesante: la fuente de estas riquezas no se parece a la de los multimillonarios tecnológicos. Ali Khamenei (2 Md$), el sultán de Brunei (1,4 Md$), el-Sisi (1 Md$)… sus fortunas están estrechamente ligadas a décadas de influencia política, control estratégico y a menudo empresas estatales. Este es el modelo clásico donde el poder genera riqueza, en lugar de al revés.
Comparado con eso, Michael Bloomberg (1 Md$ acumulados a través de su plataforma financiera) o incluso Macron (500 M$) parecen casi “moderados”.
¿La verdadera pregunta? ¿Reflejan estos patrimonios una verdadera creación de valor o más bien un concentrado del control sistémico? Depende de ti decidir.