¿Pensabas que los millonarios de la tecnología eran los más ricos? Error. Mientras tanto, algunos jefes de Estado acumulan fortunas estratosféricas gracias a su posición política.
El ranking que genera debate
Vladimir Putin lidera la danza con 70 mil millones de dólares – una acumulación de activos estratégicos acumulados durante décadas de control político. Muy por detrás, Donald Trump muestra 5,3 mil millones de dólares, construidos principalmente sobre su imperio inmobiliario mucho antes de su paso por la Casa Blanca.
Ali Khamenei (2 mil millones $), Joseph Kabila (1,5 mil millones $) y el sultán de Brunei Hassanal Bolkiah (1,4 mil millones $) completan el podio de los ultra-ricos. El rey Mohammed VI (1,1 mil millones $) y Michael Bloomberg (1 mil millones $) siguen, mientras que el-Sisi (Egipto) y Lee Hsien Loong (Singapur) cierran con respectiva y 1 mil millones y 700 millones de dólares.
El patrón revelador
¿Qué llama la atención? El origen de estas fortunas. A diferencia de los fundadores de startups, la riqueza de estos directores rara vez proviene de la innovación. Más bien proviene de:
Control de los recursos nacionales
Participaciones en empresas estatales
Herencias dinásticas
Conexiones estratégicas
Emmanuel Macron, con sus 500 millones de dólares, es el “modesto” de la lista - una fortuna concentrada en carteras de inversiones y herencias.
¿Por qué es importante?
Esta acumulación plantea preguntas sobre la gobernanza global. Cuando el poder político se convierte en una máquina para enriquecerse, ¿dónde se detiene el interés público? Estas cifras recuerdan que la riqueza y la influencia a menudo son dos caras de una misma moneda.
A tener en cuenta: La verdadera fortuna no siempre es visible en las listas de los milmillonarios tecnológicos. Se acumula silenciosamente detrás de los muros del poder.
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Los líderes más ricos del mundo: cuando el poder político se convierte en una mina de oro
¿Pensabas que los millonarios de la tecnología eran los más ricos? Error. Mientras tanto, algunos jefes de Estado acumulan fortunas estratosféricas gracias a su posición política.
El ranking que genera debate
Vladimir Putin lidera la danza con 70 mil millones de dólares – una acumulación de activos estratégicos acumulados durante décadas de control político. Muy por detrás, Donald Trump muestra 5,3 mil millones de dólares, construidos principalmente sobre su imperio inmobiliario mucho antes de su paso por la Casa Blanca.
Ali Khamenei (2 mil millones $), Joseph Kabila (1,5 mil millones $) y el sultán de Brunei Hassanal Bolkiah (1,4 mil millones $) completan el podio de los ultra-ricos. El rey Mohammed VI (1,1 mil millones $) y Michael Bloomberg (1 mil millones $) siguen, mientras que el-Sisi (Egipto) y Lee Hsien Loong (Singapur) cierran con respectiva y 1 mil millones y 700 millones de dólares.
El patrón revelador
¿Qué llama la atención? El origen de estas fortunas. A diferencia de los fundadores de startups, la riqueza de estos directores rara vez proviene de la innovación. Más bien proviene de:
Emmanuel Macron, con sus 500 millones de dólares, es el “modesto” de la lista - una fortuna concentrada en carteras de inversiones y herencias.
¿Por qué es importante?
Esta acumulación plantea preguntas sobre la gobernanza global. Cuando el poder político se convierte en una máquina para enriquecerse, ¿dónde se detiene el interés público? Estas cifras recuerdan que la riqueza y la influencia a menudo son dos caras de una misma moneda.
A tener en cuenta: La verdadera fortuna no siempre es visible en las listas de los milmillonarios tecnológicos. Se acumula silenciosamente detrás de los muros del poder.