¿Por qué siempre recuerdas el dolor del pasado, rumias y masticas sin parar? ¿Es porque estás culpando a los demás? En realidad, te estás culpando a ti mismo, te culpas por no estar en un estado perfecto en cada momento, te culpas por no haber tomado una mejor decisión en ese momento. Pero en realidad, en cada instante hemos dado lo mejor de nosotros, cada momento hemos tomado lo que se podría llamar una estrategia infalible. Todas tus acciones son para una mejor auto-protección. Puede que hayas pasado por una infancia corregida a la fuerza, donde no podías obtener una palabra de elogio segura sin importar lo que hicieras. Pero ahora hemos crecido, y cada vez que recuerdes esos malos dolores, debes decirte a ti mismo, está bien, puedo viajar al pasado y abrazar a ese niño interior solitario y desamparado, puedo decirme a mí mismo que no tengo que ser perfecto en cada momento.
Ver originales
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
¿Por qué siempre recuerdas el dolor del pasado, rumias y masticas sin parar? ¿Es porque estás culpando a los demás? En realidad, te estás culpando a ti mismo, te culpas por no estar en un estado perfecto en cada momento, te culpas por no haber tomado una mejor decisión en ese momento. Pero en realidad, en cada instante hemos dado lo mejor de nosotros, cada momento hemos tomado lo que se podría llamar una estrategia infalible. Todas tus acciones son para una mejor auto-protección. Puede que hayas pasado por una infancia corregida a la fuerza, donde no podías obtener una palabra de elogio segura sin importar lo que hicieras. Pero ahora hemos crecido, y cada vez que recuerdes esos malos dolores, debes decirte a ti mismo, está bien, puedo viajar al pasado y abrazar a ese niño interior solitario y desamparado, puedo decirme a mí mismo que no tengo que ser perfecto en cada momento.