
El email spoofing es una técnica de ataque en ciberseguridad en la que los atacantes falsifican la dirección del remitente para que un correo electrónico parezca enviado por una fuente de confianza, cuando en realidad procede de una cuenta no autorizada bajo control del atacante. Esta técnica aprovecha defectos de diseño en los protocolos de correo electrónico, especialmente en el Simple Mail Transfer Protocol (SMTP), que no incorpora mecanismos de autenticación nativos. Los atacantes pueden modificar fácilmente el campo "From" en los correos para hacerse pasar por organizaciones reconocidas, personas de confianza o empleados internos, engañando a los destinatarios para que realicen acciones como hacer clic en enlaces maliciosos, descargar archivos adjuntos infectados o revelar información confidencial.
Mecánica técnica:
Relación con el phishing:
Indicadores de identificación:
El email spoofing es un pilar del ecosistema del ciberdelito, causando miles de millones de dólares en daños económicos cada año. Según el Anti-Phishing Working Group (APWG), se producen alrededor de 1 millón de ataques de phishing únicos a nivel global cada trimestre, y la mayoría emplea técnicas de email spoofing. Estos ataques generan pérdidas financieras directas, además de graves daños reputacionales, crisis de confianza y problemas de cumplimiento normativo.
Los sectores financiero, sanitario y de retail son los más afectados, y los ejecutivos corporativos son cada vez más víctimas de ataques Business Email Compromise (BEC). Estos ataques emplean correos ejecutivos falsificados para enviar instrucciones fraudulentas a los departamentos de finanzas, provocando transferencias masivas de fondos. El FBI estima que los ataques BEC han causado pérdidas acumuladas superiores a 26 000 millones de dólares, situándolos entre los ciberdelitos más costosos en la actualidad.
Dificultades defensivas:
Retos en las contramedidas técnicas:
Desafíos legales y regulatorios:
El email spoofing es una amenaza crítica en el entorno actual de ciberseguridad, con consecuencias que abarcan desde pérdidas financieras personales hasta brechas de datos empresariales. A medida que las empresas confían cada vez más en el correo electrónico para comunicaciones esenciales, resulta imprescindible comprender y mitigar este vector de ataque. Aunque soluciones técnicas como SPF, DKIM y DMARC ofrecen protección parcial, una defensa eficaz requiere combinar formación de usuarios, políticas internas y herramientas avanzadas de seguridad de correo electrónico. Con el avance de la IA y la automatización, las técnicas de spoofing serán cada vez más sofisticadas, lo que exige innovación constante en seguridad para afrontar esta amenaza en evolución.
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