
La minería con CPU es uno de los métodos pioneros en el sector de las criptomonedas; consiste en emplear la unidad central de procesamiento de un ordenador para verificar transacciones y generar bloques en redes blockchain, con el fin de obtener recompensas en criptomonedas. En los inicios de Bitcoin (2009-2010), resultaba eficiente minar con las CPUs de ordenadores personales. Sin embargo, con el aumento de la dificultad de la red y la aparición de equipos de minería especializados, la minería con CPU ha perdido eficiencia en las criptomonedas más reconocidas, aunque sigue teniendo protagonismo en algunas nuevas que resisten los ASIC.
La minería con CPU está estrechamente ligada al nacimiento de Bitcoin. En enero de 2009, Satoshi Nakamoto extrajo el bloque génesis de Bitcoin empleando la CPU de un ordenador convencional. En esa época, los entusiastas y los primeros miembros de la comunidad de criptomonedas realizaban la minería simplemente ejecutando el software cliente de Bitcoin, participando en el consenso de la red y obteniendo recompensas en Bitcoin.
Las primeras etapas de la minería con CPU se caracterizaban por:
Sin embargo, el aumento del precio de Bitcoin y la competencia aceleraron la evolución tecnológica, pasando de CPUs a GPUs (Unidades de Procesamiento Gráfico, Graphics Processing Units), FPGAs (Matrices de Puertas Programables en Campo, Field-Programmable Gate Arrays) y finalmente a mineros ASIC (Application-Specific Integrated Circuit), lo que hizo que la minería con CPU dejara de ser rentable en Bitcoin y otras criptomonedas principales.
La esencia de la minería con CPU reside en la resolución de retos criptográficos mediante cálculos hash, siguiendo estos pasos:
Ventajas y desventajas de la minería con CPU:
Ventajas:
Desventajas:
Aunque la minería con CPU ya no compite en Bitcoin ni en las criptomonedas más consolidadas, este método sigue evolucionando y mantiene su relevancia en ciertos ámbitos:
Aparición de algoritmos resistentes a ASIC: Para preservar la descentralización, algunos proyectos de criptomonedas han adoptado algoritmos específicos, como el RandomX de Monero, que favorecen la minería con CPU y dificultan el desarrollo de hardware especializado.
Fases iniciales de proyectos emergentes: Muchas criptomonedas nuevas permiten y promueven la minería con CPU en sus primeras etapas para lograr una mayor participación y una distribución de tokens más equitativa.
Minería con fines prácticos: Algunos proyectos exploran el concepto de proof of work útil, permitiendo que las CPU, además de minar, realicen cálculos de valor práctico, como investigación científica o entrenamiento de inteligencia artificial.
Minería con CPU de bajo consumo y dispositivos móviles: Los avances en tecnología de chips podrían permitir, en el futuro, soluciones más adaptadas a la minería en entornos con limitaciones energéticas.
En definitiva, la minería con CPU probablemente conservará un papel marginal en las actividades de minería más importantes, pero mantendrá su relevancia histórica y técnica como vía de acceso al entorno blockchain y como opción para criptomonedas concretas.
La minería con CPU es el punto de partida del espíritu descentralizador de las criptomonedas. Aunque su utilidad en la minería principal ha disminuido, su bajo umbral de acceso la convierte en una vía de acceso para que nuevos usuarios comprendan la tecnología blockchain. Además, los esfuerzos por frenar la centralización de los ASIC han revitalizado la minería con CPU en determinados proyectos de criptomonedas. Mientras la tecnología blockchain siga avanzando, el papel de la minería con CPU seguirá transformándose, pero su lugar en la historia de las criptomonedas como herramienta original para materializar la visión descentralizada de Satoshi Nakamoto será siempre insustituible.
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