El bolsillo de los consumidores estadounidenses está llegando a su límite a un ritmo visible a simple vista.

Primero, los préstamos para automóviles: en el tercer trimestre de 2025, el 3.0% de los préstamos para coches tenían más de 90 días de retraso en pagos. ¿Qué significa esto? La peor cifra en 15 años. En cuanto a las tarjetas de crédito, el 7.1% de la deuda está en mora severa, casi igualando el pico histórico de hace 14 años.

Lo que es aún más duro son los préstamos estudiantiles. La tasa de morosidad ha aumentado en 13.5 puntos porcentuales respecto al año anterior, alcanzando un 14.3%, rompiendo récords históricos. La causa no es complicada: una vez que termina el período de ayuda, esas deudas que estaban temporalmente "congeladas" vuelven a aparecer en los informes de crédito y empiezan a contar.

Las hipotecas tampoco han sido inmunes. En el último trimestre, el 1.3% de las hipotecas se convirtieron en morosas graves, alcanzando un máximo en 8 años.

Están rodeados por todos lados. Los consumidores están siendo aplastados por la deuda, y la reacción en cadena de esta crisis, probablemente, acaba de comenzar.