Mira cualquier colapso económico importante a lo largo de la historia, y notarás el mismo patrón destructivo que se repite:

Primero, el sistema se encuentra con un obstáculo: no puede recaudar suficiente dinero para cubrir lo que debe. ¿Pedír dinero prestado? Ya no es una opción.

Luego viene la medida desesperada: activar las impresoras de dinero. Inundar el mercado con moneda recién acuñada. Suena como una solución, ¿verdad? Incorrecto.

¿Qué es lo que realmente sucede? La moneda pierde valor rápidamente. La inflación se intensifica. De repente, tus ahorros compran menos, los precios suben y toda la economía se desploma.

Esto no es teoría. Es un ciclo que hemos visto repetirse a través de diferentes eras, diferentes naciones, el mismo resultado. La deuda se sale de control durante tiempos difíciles, los gobiernos imprimen en pánico, los ciudadanos pagan el precio a través de la inflación.

¿La parte aterradora? Una vez que este ciclo comienza, se alimenta a sí mismo. Cada paso hace que el siguiente sea peor.