¿La criptomoneda ha estado clamando durante más de una década por una revolución en las finanzas tradicionales, pero cuál es la realidad? Tienes un montón de monedas en tu billetera, pero para salir a comprar un café todavía tienes que convertirlas en moneda fiduciaria. Comisiones, tiempos de espera, pérdida en el tipo de cambio—todos estos trucos de los intermediarios para ganar margen.

¿Dónde está el problema? Los comerciantes ni siquiera aceptan criptomonedas. No puedes esperar que todos los supermercados, restaurantes y estaciones de servicio del mundo de repente se vuelvan expertos y acepten pagos en Bitcoin, ¿verdad? La dificultad de esto es comparable a que todos cambien de sistema operativo en sus teléfonos al mismo tiempo.

Entonces surge el concepto de «banco de criptomonedas»—que permite que tus activos permanezcan seguros en la cadena y generen intereses, y que al gastar se conviertan automáticamente en la moneda que aceptan los comerciantes. ¿Suena bien? La clave está en quién construye ese puente y si ese puente no se convertirá en otro intermediario que cobre peajes.