La historia ha sido reescrita una vez más. Hasta el 5 de noviembre, esta ronda del cierre del gobierno de EE. UU. ha durado 36 días, un día más que el récord de 35 días de 2018-2019, convirtiéndose oficialmente en la paralización más larga en la historia de EE. UU. Y el 8 de noviembre, el Partido Republicano rechazó directamente el plan de reanudación del Partido Demócrata, lo que significa que no hay señales de que esta comedia termine a corto plazo.

En resumen, ambas partes no pueden llegar a un acuerdo. Por el lado demócrata se aferran a un punto: deben continuar los subsidios de la Ley de Cuidado de Salud Asequible, y no piensen que pueden incluir el tema de la inmigración en el proyecto de ley de presupuesto. ¿Y los republicanos? Su postura también es firme: deben recortarse los beneficios de salud, y las cláusulas de restricción de inmigración deben estar incluidas en la ley de asignaciones. Nadie cede, y así están estancados.

El problema es que los que realmente sufren son las personas comunes. ¿Cómo sobrevivirán los 42 millones de hogares de bajos ingresos que dependen de la asistencia alimentaria ahora que se ha detenido la ayuda? 750,000 empleados federales o están en licencia sin sueldo, o trabajan sin recibir salario. Más exagerado es lo que ocurre en los aeropuertos: la falta de personal de control de tráfico aéreo ha hecho que los retrasos de vuelos sean cosa de todos los días; salir a tiempo se ha convertido en un lujo.

La manipulación política es aún más mágica. Los dos partidos se echan la culpa mutuamente todos los días, diciendo que es culpa del otro. La regla del "debate prolongado" en el Senado, que originalmente era un salvaguarda del procedimiento democrático, ahora se ha convertido directamente en una herramienta de dilación: para avanzar una propuesta se necesitan 60 votos, y el Partido Republicano solo tiene 53 escaños, por lo que no puede pasar. Así que, aunque tengan la mayoría, no sirve de nada; la propuesta simplemente se queda atascada. Si esta parálisis continúa, los que siempre sufren son las personas de base y la confianza del mercado.