En los últimos dos días, XRP ha experimentado un aumento repentino con 21,000 nuevas direcciones, un número que ha establecido un récord en ocho meses. Al mismo tiempo, su precio ha subido un 14% en 24 horas, y detrás de esta volatilidad hay varias claves a tener en cuenta.

Desde el aspecto técnico, hay un cambio importante: Ripple ha lanzado un entorno de prueba para una sidechain compatible con EVM, que según se dice, ya ha atraído a 87 desarrolladores a participar en su construcción. Esto reduce significativamente la barrera de entrada para los usuarios de Ethereum. Además, el panorama regulatorio está cambiando: la presión del caso contra la SEC se ha aliviado notablemente, y con la llegada de Trump a la presidencia, las expectativas políticas se están flexibilizando, lo que ha comenzado a atraer fondos institucionales de nuevo.

Los datos en la cadena revelan más detalles interesantes. Actualmente, hay 2,708 direcciones con más de un millón de XRP, alcanzando un máximo en 12 años. En Corea, una importante plataforma de intercambio ha superado los 6,000 millones de XRP en inventario, y el FOMO de los minoristas está en aumento. La actividad en la red también se ha disparado, con un volumen diario en XRPL de 2.14 millones de transacciones, de las cuales más del 60% son transacciones relacionadas con pagos transfronterizos, indicando una expansión en los casos de uso reales.

Honestamente, en el corto plazo, es probable que muchas de las nuevas direcciones sean especulativas. Sin embargo, en mi opinión, el soporte a largo plazo está empezando a consolidarse. Hay dos aspectos clave a seguir: primero, si la mainnet de la sidechain compatible con EVM puede mantener una actividad semanal de más de 100,000 direcciones activas; y segundo, si el proyecto de tokenización de pagarés comerciales en colaboración con Guggenheim puede superar los 1,000 millones de dólares en escala. Si ambos indicadores se cumplen, podría ser el momento de una reevaluación real del valor.

Por supuesto, también existen riesgos: no se sabe cuántas de esas nuevas direcciones corresponden a operaciones especulativas a corto plazo, y si el mercado da un giro, la presión de venta podría ser significativa. El nivel de 3 dólares merece atención especial; si se rompe esa barrera, podría indicar que la burbuja empieza a desinflarse.