La Casa Blanca acaba de dejarlo claro: no están buscando aprobar ninguna venta de chips Blackwell a China en este momento. La última arquitectura de GPU de NVIDIA sigue estando prohibida bajo los controles de exportación actuales. Esta postura sigue apretando las tuercas sobre el acceso a semiconductores avanzados, lo que obviamente impacta todo, desde el desarrollo de IA hasta la infraestructura de computación de alto rendimiento a través del Pacífico. La línea Blackwell se suponía que iba a ser un cambio de juego para los centros de datos y las cargas de trabajo de ML, pero la fricción geopolítica sigue reconfigurando quién obtiene acceso al silicio de vanguardia.
Ver originales
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
12 me gusta
Recompensa
12
4
Republicar
Compartir
Comentar
0/400
SignatureAnxiety
· 11-04 22:00
Ya basta.
Ver originalesResponder0
CommunityJanitor
· 11-04 19:22
De nuevo comienzan las sanciones.
Ver originalesResponder0
MevHunter
· 11-04 19:16
Tan apretado el cuello de China, mira a quién le está dando prisa.
Ver originalesResponder0
OnChainDetective
· 11-04 19:03
el patrón estadístico sugiere un 73% de probabilidad de que esto termine mal para las cadenas de suministro tecnológicas globales...
La Casa Blanca acaba de dejarlo claro: no están buscando aprobar ninguna venta de chips Blackwell a China en este momento. La última arquitectura de GPU de NVIDIA sigue estando prohibida bajo los controles de exportación actuales. Esta postura sigue apretando las tuercas sobre el acceso a semiconductores avanzados, lo que obviamente impacta todo, desde el desarrollo de IA hasta la infraestructura de computación de alto rendimiento a través del Pacífico. La línea Blackwell se suponía que iba a ser un cambio de juego para los centros de datos y las cargas de trabajo de ML, pero la fricción geopolítica sigue reconfigurando quién obtiene acceso al silicio de vanguardia.