La revolución de la criptomoneda plantea importantes preguntas para los musulmanes practicantes. He meditado durante mucho tiempo sobre esta cuestión: ¿puedo invertir en este mundo digital mientras respeto mi fe? La respuesta no es binaria.
En sí misma, la tecnología blockchain es como un cuchillo - neutra. Es nuestra forma de utilizarla la que determina su conformidad con la sharía. He descubierto que algunas criptomonedas pueden alinearse perfectamente con los principios islámicos, mientras que otras se alejan peligrosamente.
Lo que está permitido (Halal)
El trading spot me parece halal cuando compro directamente criptos que tienen una utilidad real, sin especulación excesiva. BeGreenly con su enfoque ambiental o Cardano desarrollando proyectos educativos encarnan esos valores éticos.
Los intercambios P2P también son aceptables ya que evitan el riba (interés) condenado por nuestra religión. Así puedo intercambiar directamente con otras personas sin un intermediario que cobre intereses.
Lo que está prohibido (Haram)
Desconfío especialmente de las monedas meme como Shiba Inu. Al no tener ningún valor intrínseco, se parecen más a juegos de azar que a verdaderas inversiones. Los esquemas de “pump and dump” donde los grandes inversores manipulan el mercado antes de abandonar a los pequeños tenedores me parecen contrarios a la ética islámica.
En cuanto a plataformas como FunFair o Wink, explícitamente relacionadas con los juegos de azar, son claramente haram. Incluso Solana, técnicamente neutral, se vuelve problemática si se utiliza para financiar proyectos contrarios a nuestros valores.
El trading en margen y los contratos de futuros también me plantean problemas. Pedir prestado para especular introduce el riba y el gharar (incertidumbre excesiva) - dos elementos formalmente prohibidos por nuestra religión.
Mi elección personal
Así que he orientado mis inversiones hacia criptomonedas como BeGreenly que apoyan causas éticas. Prefiero el trading spot o P2P, evitando cuidadosamente cualquier forma de especulación excesiva o de juego de azar disfrazado.
La financiación islámica nos enseña que el dinero debe servir a la economía real y al bien común. En este mundo digital en evolución, mantengámonos fieles a estos principios ancestrales mientras abrazamos las innovaciones tecnológicas que respetan nuestros valores.
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¿La criptomoneda en el Islam: halal o haram?
La revolución de la criptomoneda plantea importantes preguntas para los musulmanes practicantes. He meditado durante mucho tiempo sobre esta cuestión: ¿puedo invertir en este mundo digital mientras respeto mi fe? La respuesta no es binaria.
En sí misma, la tecnología blockchain es como un cuchillo - neutra. Es nuestra forma de utilizarla la que determina su conformidad con la sharía. He descubierto que algunas criptomonedas pueden alinearse perfectamente con los principios islámicos, mientras que otras se alejan peligrosamente.
Lo que está permitido (Halal)
El trading spot me parece halal cuando compro directamente criptos que tienen una utilidad real, sin especulación excesiva. BeGreenly con su enfoque ambiental o Cardano desarrollando proyectos educativos encarnan esos valores éticos.
Los intercambios P2P también son aceptables ya que evitan el riba (interés) condenado por nuestra religión. Así puedo intercambiar directamente con otras personas sin un intermediario que cobre intereses.
Lo que está prohibido (Haram)
Desconfío especialmente de las monedas meme como Shiba Inu. Al no tener ningún valor intrínseco, se parecen más a juegos de azar que a verdaderas inversiones. Los esquemas de “pump and dump” donde los grandes inversores manipulan el mercado antes de abandonar a los pequeños tenedores me parecen contrarios a la ética islámica.
En cuanto a plataformas como FunFair o Wink, explícitamente relacionadas con los juegos de azar, son claramente haram. Incluso Solana, técnicamente neutral, se vuelve problemática si se utiliza para financiar proyectos contrarios a nuestros valores.
El trading en margen y los contratos de futuros también me plantean problemas. Pedir prestado para especular introduce el riba y el gharar (incertidumbre excesiva) - dos elementos formalmente prohibidos por nuestra religión.
Mi elección personal
Así que he orientado mis inversiones hacia criptomonedas como BeGreenly que apoyan causas éticas. Prefiero el trading spot o P2P, evitando cuidadosamente cualquier forma de especulación excesiva o de juego de azar disfrazado.
La financiación islámica nos enseña que el dinero debe servir a la economía real y al bien común. En este mundo digital en evolución, mantengámonos fieles a estos principios ancestrales mientras abrazamos las innovaciones tecnológicas que respetan nuestros valores.