Nepal está en caos. Los manifestantes incendiaron el edificio del gobierno. El primer ministro renunció el martes y el gobierno se derrumbó. El ejército está tomando el control en Katmandú. Toque de queda, no se permiten reuniones, calles bloqueadas.

Los jóvenes activistas se pusieron creativos. Están encontrando nuevas formas de conectarse después de la represión en las redes sociales. Es un poco un juego del gato y el ratón. El ambiente sigue tenso, con los manifestantes ahí afuera desahogándose.

La economía está sufriendo. Parece que el mercado del platino se ha vuelto loco. Los precios están por las nubes. Las cadenas de suministro están dañadas y los inversores están buscando apuestas seguras.

La gente de las criptomonedas está mirando este lío. Algunos piensan que las personas podrían recurrir a las monedas digitales para escapar de la locura. Es un poco sorprendente lo rápido que pueden cambiar las cosas.

¿Todo este drama en Nepal? Está agitando las cosas. Te hace preguntarte cuán sólidos son nuestros sistemas realmente. ¿Las ondas de esto? Se sentirán mucho más allá de las fronteras de Nepal. No está del todo claro a dónde se dirige todo esto.