Punto de ruptura de CodexField RWA: transformación del contenido en Confirmación de equidad, medición y retorno de activos reales

Contenido en auge, pero el sistema de valores se ha quedado atrás.

La producción global de contenido y modelos está expandiéndose a un ritmo exponencial. Según datos de IDC, se espera que la cantidad total de datos a nivel mundial alcance los 181ZB a finales de 2025, más de tres veces la cantidad de 2020; al mismo tiempo, la popularización de la IA generativa ha reducido la barrera de entrada para la creación de contenido a su nivel más bajo en la historia. Las interfaces abiertas de plataformas de modelos como OpenAI, Anthropic y Mistral permiten que la capacidad de generar texto, imágenes, audio y código sea utilizada en miles de millones de terminales, creando un “maremoto de producción de contenido” sin precedentes. En este proceso, los límites entre contenido, modelos y algoritmos se vuelven cada vez más difusos, pero el sistema de distribución de valor y derechos no ha evolucionado en consecuencia.

De hecho, el modelo actual de Web2 sigue siendo centrado en la plataforma. Los textos, videos o modelos algorítmicos producidos por los creadores, al final, se sedimentan en las bases de datos cerradas de grandes plataformas de contenido o tecnología. La plataforma posee el control dominante sobre los datos, algoritmos y la distribución de ingresos, mientras que los individuos solo obtienen una exposición limitada o una participación en el uso.

Desde el punto de vista de los ingresos, aproximadamente el 72% de los ingresos del mercado global de contenido digital se concentra en menos del 5% de los ecosistemas de plataformas, mientras que la participación de los ingresos de los creadores o desarrolladores originales se mantiene a largo plazo en un solo dígito. Esta estructura de concentración debilita los incentivos a la innovación y mantiene la lógica de “el contenido es un activo” en un nivel puramente teórico.

Al mismo tiempo, la rápida evolución de los modelos de IA ha exacerbado la “falla de valor”. El entrenamiento de modelos requiere depender de un gran volumen de contenido y datos, pero los contribuyentes detrás de esto prácticamente no pueden obtener ningún derecho o retorno de beneficios. Por ejemplo, Stability AI reconoció públicamente en 2023 que su modelo Stable Diffusion contenía miles de millones de imágenes no autorizadas en sus datos de entrenamiento, lo que resalta la asimetría estructural entre la “oferta de contenido y los beneficios del modelo”. Y cuando el contenido se convierte en combustible para la IA, su valor económico es absorbido por el algoritmo, pero es difícil de medir y devolver dentro del sistema.

RWA nueva dirección de exploración

Vemos que esta dificultad ha dado lugar a nuevas direcciones de exploración, es decir, cómo hacer que el contenido y el modelo posean atributos de activos que sean verificables, medibles y rentables.

La narrativa tradicional de RWA (Real World Asset) se centra en la tokenización de bonos, bienes raíces y certificados de ingresos, con el fin de mejorar la circulación y transparencia de los activos financieros. Sin embargo, en la intersección de la IA y la economía del contenido, el significado de RWA se está expandiendo, extendiéndose desde activos físicos hacia factores de producción digitales. Las obras digitales, los corpus de entrenamiento, el código de algoritmos e incluso los derechos de invocación de modelos están siendo redefinidos como “nuevas unidades de activos” que pueden ser tituladas, comercializadas y compartidas en beneficios.

La tendencia mencionada ya muestra signos en el ámbito del capital y la regulación. Deloitte, en su informe “Digital Asset Outlook” publicado en 2024, señala que para 2030, aproximadamente el 15% del mercado global de RWA estará compuesto por contenido digital, propiedad intelectual y activos de datos, con un tamaño total que podría alcanzar los 3.2 billones de dólares. Esto significa que la “activos de contenido” está pasando de la fase de concepto a la fase de construcción institucional.

En este contexto, la industria necesita urgentemente un conjunto de infraestructuras subyacentes que permitan certificar el contenido, los modelos y los algoritmos de manera confiable, medirlos con mecanismos transparentes y lograr la distribución de ingresos entre aplicaciones y sujetos. CodexField surge en este punto de inflexión histórico, tratando de resolver el problema de la desconexión entre la capitalización de activos de contenido y la institucionalización a través de un camino técnico.

Narrativa RWA de CodexField

Bajo la tendencia de la reestructuración de la cadena de valor del contenido, CodexField está intentando establecer una infraestructura de activos nativos de Web3 dirigida a creadores y desarrolladores, con el objetivo de permitir que el contenido estructurado sea verificable, invocable y financierizable. El proyecto se centra en unidades de contenido altamente reutilizables como código, modelos, Prompt, corpus y gráficos, proponiendo un estándar unificado de encapsulamiento de datos y autorización de invocación, para que estos contenidos puedan ser verificados, rastreados en la cadena y mapeados en ingresos a través de contratos inteligentes, impulsando así el proceso de estandarización de “contenido como activo”.

La arquitectura de CodexField cubre todo el proceso desde el almacenamiento, autorización hasta la facturación y distribución de beneficios. El sistema es compatible con ecosistemas de múltiples cadenas como BSC, Ethereum, Solana, Greenfield y redes de almacenamiento principales, y soporta la definición de acceso al contenido y estrategias comerciales a través de contratos inteligentes, logrando la liquidación y distribución automática en la cadena para acciones como la invocación de contenido, suscripción y entrenamiento de modelos. Este mecanismo permite que los creadores y colaboradores participen directamente en la vía de ingresos, garantizando la trazabilidad del uso de datos y la transparencia en la distribución de beneficios.

Como una capa intermedia clave en el camino hacia la digitalización de activos de contenido, CodexField no solo está orientado a creadores independientes y desarrolladores de modelos de IA, sino que también proporciona a las plataformas una interfaz estandarizada de “contenido como servicio”, facilitando el flujo y la combinación de activos de contenido entre el ecosistema de Web3 y AI. Su objetivo es establecer un protocolo económico de contenido que sea transparente, verificable y con atributos financieros, sobre el sistema de contenido fragmentado existente, proporcionando un soporte fundamental para la futura “economía de contenido medible”.

Innovación tecnológica y rutas de implementación

La arquitectura del sistema de CodexField se basa en una hipótesis clara, que si se desea que el contenido realmente posea atributos de activo, entonces debe tener verificabilidad técnica y mensurabilidad económica en las tres etapas de confirmación de derechos, invocación y liquidación. Esta lógica es más un diseño de ingeniería sistemático a través de niveles, que unifica la lógica de registro de activos de Web3, el mecanismo de seguimiento de invocaciones de IA y el pensamiento contable de las finanzas tradicionales en una única ruta técnica cerrada.

mapeo estructurado de contenido a activos

CodexField tiene como estructura de datos central la “cápsula de contenido”, que encapsula de manera estructurada múltiples tipos de unidades creativas, como texto, imágenes, pesos de modelos, corpus, prompts y módulos de código. Cada cápsula se genera con un ID de activo único y registra la identidad del creador, información de versión, relaciones de referencia y una marca de tiempo, formando así unidades atómicas de activos con capacidad de certificación independiente en la cadena.

Esta estructura no es simplemente un registro hash, sino que es más bien un sistema de “derecho de propiedad computable”, es decir, permite que los activos sean llamados parcialmente, actualizados de forma incremental y combinados en referencia.

Por ejemplo, un modelo puede llamar solo a una parte del corpus de un conjunto de datos, o citar fragmentos específicos de algoritmos de otros, y el sistema rastreará automáticamente su ruta de dependencia al momento de la llamada, generando el peso de referencia correspondiente. Esto hace que la verificación del contenido ya no dependa de la propiedad total, sino que se dirija hacia una anotación estructurada más granular, que es el prerequisito técnico para que el contenido sea “financiarizable”.

programable y verificable permitido

En el ecosistema de contenido tradicional, la autorización a menudo depende de contratos y revisión manual, careciendo de una base de ejecución verificable. CodexField ha logrado la estandarización y expresión programática de las relaciones de autorización a través de LexDL y CapToken (certificado de capacidad).

LexDL es un lenguaje de permisos legible por humanos y ejecutable por máquinas, que puede describir condiciones como el alcance de acceso, las restricciones geográficas, los tipos de uso y las dimensiones temporales. El sistema genera a partir de esto el CapToken, un comprobante de acceso vinculado a las reglas de autorización. Cada llamada de contenido o entrenamiento de modelo requiere llevar el CapToken correspondiente para poder pasar la verificación del contrato, y después de la ejecución, se escribe automáticamente un recibo de uso. Este método convierte la “autorización” de cláusulas en papel en un requisito técnico necesario, garantizando tanto los límites de ingresos para los creadores como la capacidad de las empresas o plataformas para lograr una gestión de cumplimiento automatizada.

Es notable que este mecanismo es especialmente crucial en un entorno de colaboración multiusuario: el entrenamiento de modelos de IA generalmente involucra diferentes fuentes de datos y contribuyentes de algoritmos, y los métodos tradicionales tienen dificultades para definir los derechos de cada parte, mientras que la estructura de licencia basada en LexDL + CapToken puede reemplazar el “juicio humano” por “confianza en máquinas”, proporcionando una base institucional para el futuro entrenamiento interinstitucional y la colaboración de datos.

generación de eventos económicos verificables

El valor del contenido y los modelos en el sistema CodexField se cuantifica más a través del comportamiento objetivo de “uso”. El sistema generará un registro verificable para cada llamada real, es decir, un recibo de uso, abreviado como UR.

Cada recibo contiene la información clave de la tarea: el rol que se invoca, el contenido invocado, la duración, la eficiencia de ejecución y el consumo de recursos. Es equivalente a un comprobante digital de un evento económico, que puede ser rastreado y calculado en tiempo real por el sistema en la cadena. De esta manera, el valor del contenido ya no depende de la fijación de precios por parte de la plataforma o de la orientación al tráfico, sino que se mide automáticamente según la frecuencia y profundidad de uso.

Estos recibos constituyen la “capa de contabilidad de valor” de CodexField. Cuando se utiliza contenido o un modelo, el sistema calculará la distribución de ingresos en función de los datos de llamada y enviará directamente la participación en las ganancias a los creadores, colaboradores y proveedores de datos relevantes a través de contratos inteligentes. Todo el proceso es transparente, auditable y no requiere la participación de plataformas centralizadas.

En escenarios más complejos, como un modelo que hace referencia a múltiples algoritmos, conjuntos de datos o scripts, CodexField rastreará las relaciones de referencia a través de un “diagrama de regalías”, desglosando automáticamente la proporción de ingresos. Este diagrama registra las relaciones de herencia y derivación entre los contenidos; cuando se utiliza un nodo, el sistema puede distribuir con precisión la recompensa a todas las partes contribuyentes a lo largo del camino.

Este mecanismo permite que la distribución de ingresos por contenido ya no se limite a la firma de contratos o a las reglas de la plataforma, sino que se convierta en un comportamiento económico de “ejecución protocolar”. Cada llamada, cada entrenamiento, cada colaboración, dejará una clara huella de valor en la cadena. Al final, CodexField otorga a flujos de valor que antes eran vagos, como la producción de contenido y el entrenamiento de modelos, la misma medibilidad y credibilidad que los activos financieros; este es un paso clave para impulsar la “activosización del contenido” de un concepto a una institucionalización.

calcular la confiabilidad y la consistencia entre dominios

El sistema de ejecución de CodexField se basa en una arquitectura de validación multicapa, y su objetivo principal es encontrar un equilibrio entre eficiencia, credibilidad y escalabilidad.

En escenarios de tareas ligeras, como la recuperación de contenido o la invocación de modelos, el sistema generará resultados verificables a través de pruebas de conocimiento cero (ZK), lo que permitirá a los nodos externos confirmar la autenticidad de la ejecución sin revelar los detalles de los datos. En cuanto a tareas de inferencia o entrenamiento de modelos a gran escala, CodexField utiliza un entorno de ejecución confiable (TEE) combinado con un mecanismo de verificación por parte de un comité, garantizando la seguridad al tiempo que mantiene el rendimiento computacional.

Este diseño permite que CodexField pueda programar recursos de manera flexible en tareas de diferentes intensidades y sensibilidades, al mismo tiempo que mantiene los resultados de cálculo del sistema completamente verificables y auditables. Para los desarrolladores que necesitan compartir capacidad de cálculo entre diferentes instituciones o regiones, esta arquitectura reduce significativamente los costos de confianza y mejora la fiabilidad general de la ejecución.

Para garantizar aún más la fluidez de la colaboración entre cadenas, CodexField también ha introducido el “mecanismo de doble puente”.

“El puente de recepción” se encarga de sincronizar los resultados de ejecución y los datos de liquidación, mientras que “el puente espejo” se utiliza para sincronizar el estado de los activos y los permisos de autorización. Esta estructura jerárquica permite que los datos y el estado entre diferentes redes se mantengan consistentes, pero sin sacrificar el rendimiento debido a una sincronización excesiva.

En escenarios de implementación multichain y ejecución interdominio, puede garantizar la continuidad y la trazabilidad de las llamadas: sin importar en qué cadena se almacene el contenido, el proceso de autorización y liquidación puede ser registrado y verificado de manera completa dentro del marco de CodexField.

Desde la perspectiva del diseño del sistema, este mecanismo proporciona la estabilidad y compatibilidad necesarias para las futuras aplicaciones a nivel institucional, y también permite que los activos de contenido puedan circular de manera segura en un entorno blockchain más amplio.

Interfaz de desarrollador

Sobre la arquitectura general de CodexField, la cadena de herramientas Gitd asume el rol de “puerta de entrada para desarrolladores”. Permite a los creadores e ingenieros completar directamente la cadena de contenido o modelos, la definición de autorizaciones y la vinculación de ingresos dentro de un flujo de trabajo de Git familiar. Es decir, un desarrollador, al enviar código o una versión del modelo, puede hacer que el sistema genere automáticamente la correspondiente “cápsula de contenido” y la información de autorización, y rastree automáticamente los ingresos en futuras llamadas o referencias. Esto convierte la garantía de derechos sobre el contenido y la distribución de ingresos de un proceso complejo en parte de la acción de desarrollo.

Para proyectos colaborativos, este mecanismo es especialmente importante. Varios desarrolladores pueden trabajar en el mismo repositorio, y cada envío o modificación generará un registro correspondiente en la cadena. Cuando el proyecto es utilizado o comercializado, el sistema generará automáticamente un recibo de ingresos basado en estos registros y completará la distribución de beneficios según la proporción de contribución, sin necesidad de liquidaciones adicionales o estadísticas manuales. Esto hace que la colaboración sea transparente y permite que el valor del trabajo de cada participante sea confirmado de inmediato.

Al mismo tiempo, CodexField también incorpora el proceso de producción de modelos y agentes en el sistema de activos a través de dos módulos de extensión: Model Fabric y Agent Fabric. El primero abarca todo el ciclo de vida, desde el entrenamiento, ajuste fino hasta la inferencia y evaluación; el segundo se centra en la ejecución de tareas de los agentes y el ciclo de retroalimentación. Juntos completan la capitalización de la “capacidad de producción de IA”, convirtiendo los modelos en unidades económicas con derechos claros, capacidad de medición y retorno de ingresos, en lugar de ser solo herramientas llamadas a utilizar.

En este sistema, los desarrolladores, creadores y agentes de IA ya no pertenecen a ecosistemas diferentes, sino que juntos forman una red económica de contenido verificable y que puede compartir beneficios. CodexField hace que este proceso no dependa de plataformas, sino del protocolo en sí, que es una de sus innovaciones más estructurales.

Establecer un nuevo orden de capitalización de contenido

CodexField está reestructurando de manera institucional el orden de valor entre contenido y modelos, al centrarse en la certificación en cadena y la ejecución verificable, haciendo que la “conformidad” se convierta en una propiedad del sistema en lugar de un requisito externo. Cada autorización, invocación y distribución de beneficios de los creadores y las instituciones se basa en un certificado en cadena, sin necesidad de depender de auditorías centralizadas o respaldo de plataformas, cumpliendo así de manera natural con el marco regulatorio global para activos digitales, circulación de datos y transacciones de modelos de IA.

Sobre esta base, el sistema de valor medible construido por CodexField está determinando su valor a través de recibos de llamada generados en tiempo real y un modelo automático de distribución de ganancias, donde el “uso” es el núcleo de la valoración. Esto significa que el valor económico del contenido, los algoritmos y los modelos ya no depende de la exposición en la plataforma o de negociaciones contractuales, sino que es decidido directamente por las llamadas reales. Este mecanismo convierte la idea de “el contenido es un activo” de un concepto a una actividad económica verificable.

Desde una perspectiva más macro, la trayectoria práctica de CodexField está impulsando la RWA (Assetization del Mundo Real) de los factores de producción digitales. Aquí, el código, los modelos, el corpus y los algoritmos pueden existir de manera “verificable, auditable y liquidable”, convirtiéndose en una nueva clase de activos verificables. En un contexto donde la economía de plataformas tradicional sigue centrada en el tráfico y el control centralizado, CodexField presenta una innovación a nivel institucional: reemplazar plataformas mediante protocolos y reconstruir la confianza a través de reglas transparentes, permitiendo que las relaciones de producción de la economía digital realmente posean características de assetización y autonomía.

De la capitalización de contenidos a la infraestructura de la sociedad inteligente

El significado a largo plazo de CodexField radica en impulsar la “creación digital” desde un acto individual hacia una parte de la infraestructura social. En una era de explosión de información y alta difusión de modelos inteligentes, el contenido, los algoritmos y los modelos ya no son solo herramientas o productos, sino que son nuevos factores de producción. CodexField, con mecanismos centrales de derechos, medición y liquidación, permite que estos factores sean gestionados, circulados y comercializados de manera institucionalizada. Así como la electricidad hizo posible la industrialización, CodexField está dotando a la capacidad productiva inteligente de atributos económicos que son medibles, asignables y acumulables, sentando las bases para la próxima etapa de la economía digital.

Este cambio estructural transformará completamente la relación entre el contenido y los agentes inteligentes. Los modelos de IA se convertirán aún más en unidades abiertas que pueden ser compartidas, verificadas y recompensadas; los creadores de contenido, los desarrolladores de modelos y las instituciones ya no dependerán de plataformas centralizadas, sino que podrán compartir beneficios y derechos de gobernanza en la cadena a través de reglas, formando así una verdadera “economía de contenido autónoma”. En este sistema, cada llamada, entrenamiento o referencia es un evento económico valioso y también es una acción fundamental en la distribución de recursos de la sociedad inteligente.

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