Este es un artículo sobre cómo manejarse en los momentos bajos de la vida. Voy a reescribir este artículo desde una perspectiva más personal y crítica:

¿Cómo debo manejarme cuando estoy en la miseria y soy despreciado por los demás?

En los últimos años, al regresar a casa para el Año Nuevo, siempre puedo sentir la calidez y frialdad de las relaciones humanas. En la mesa de bebidas, los parientes se apresuran a brindar por la persona más rica, mientras que la persona caída en desgracia solo puede esconderse en un rincón y comer en silencio, sin que nadie le preste atención. Esta realidad me hace sentir desalentado.

A decir verdad, yo también fui esa persona pobre que fue menospreciada. En esos días, comprendí profundamente cuán superficial es esta sociedad. Cuando no tienes ningún valor que ofrecer, la gente no está dispuesta a relacionarse contigo. Perdí muchos de esos llamados "amigos", lo que también me permitió ver el lado feo de la naturaleza humana.

Sin embargo, después de pasar por un bache, entendí una verdad: el destino de una persona siempre está en sus propias manos. A continuación, comparto mis tres reflexiones:

1. No te quejes a nadie, trabajar en silencio es el camino correcto.

Yo también he cometido este error antes, pensando que hablar con los demás podría traerme simpatía y consuelo. Pero la realidad es que, aparte de mis padres, muy pocas personas realmente se preocupan por ti. La mayoría de la gente solo se regocija en tu desgracia al escuchar sobre tus dificultades. Así que, cerrar la boca y esforzarse en silencio es el único camino.

2. No esperes nada de nadie, solo tú mismo puedes levantarte de nuevo.

Entiendo profundamente que, cuando no tienes nada, incluso las personas más cercanas se alejan de ti. Esta sociedad es así de realista. Así que, en lugar de esperar algo de los demás, es mejor trabajar duro y acumular paso a paso por tu cuenta. Solo tú eres el apoyo más confiable.

3. No te des por vencido, persevera y aguanta.

Los bajos momentos de la vida son realmente difíciles de soportar, pero también son una oportunidad para fortalecerse. Yo también pensé en rendirme alguna vez, pero al final me aferré y seguí adelante. Ahora que lo recuerdo, esa experiencia me hizo más fuerte. Así que, sin importar cuán difícil sea, hay que perseverar, al final siempre habrá luz tras la oscuridad.

En resumen, cuando estés en la pobreza y la miseria, no culpes al cielo ni a los demás, sino que debes enfrentar la realidad y esforzarte en silencio. Solo así será posible lograr un cambio y recuperar el respeto de los demás. Este mundo es así de cruel, solo sobreviven los que se adaptan.

Sin embargo, dicho esto, ahora que el mercado de criptomonedas está mejorando, quizás sea una oportunidad para recuperarse. Pero recuerda no seguir ciegamente las tendencias, es importante invertir de manera racional. Después de todo, la especulación tipo juego no es una solución a largo plazo.