Si tratas a una persona con sinceridad y ella te decepciona, nunca dudes de ti mismo, es posible que seas la mejor persona que él haya conocido en su vida. La razón por la que te decepciona es porque su fortuna no es suficiente y su capacidad para percibir cosas bellas no es fuerte, y esta hermosa oportunidad, el cielo no le dará una segunda vez. Así que nunca cambies tu hermosa naturaleza por una persona que no lo merece, sigue siendo amable, lo mejor aún está en el camino por venir. Además, una persona debe aprender a despojarse del encanto de los demás; despojarse significa ver a través de ellos. No importa cuán alta sea tu educación, eso no tiene nada que ver conmigo; no he gastado tu salario de un millón. Antes, siempre pensaba que las personas impresionantes tenían razón en todo, y no me atrevía a hablar cuando me ofendían, como si no tuviera derecho a refutar. Ahora entiendo que mientras el valor de la otra persona no se refleje en mí, no importa cuán impresionante sea, siempre que no espero obtener nada de ti, somos iguales. No necesito volverme más exitoso que tú para tener derecho a decir que estás equivocado. Recuerda una cosa: no envidies a los ricos, no menosprecies a nadie.
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Si tratas a una persona con sinceridad y ella te decepciona, nunca dudes de ti mismo, es posible que seas la mejor persona que él haya conocido en su vida. La razón por la que te decepciona es porque su fortuna no es suficiente y su capacidad para percibir cosas bellas no es fuerte, y esta hermosa oportunidad, el cielo no le dará una segunda vez. Así que nunca cambies tu hermosa naturaleza por una persona que no lo merece, sigue siendo amable, lo mejor aún está en el camino por venir. Además, una persona debe aprender a despojarse del encanto de los demás; despojarse significa ver a través de ellos. No importa cuán alta sea tu educación, eso no tiene nada que ver conmigo; no he gastado tu salario de un millón. Antes, siempre pensaba que las personas impresionantes tenían razón en todo, y no me atrevía a hablar cuando me ofendían, como si no tuviera derecho a refutar. Ahora entiendo que mientras el valor de la otra persona no se refleje en mí, no importa cuán impresionante sea, siempre que no espero obtener nada de ti, somos iguales. No necesito volverme más exitoso que tú para tener derecho a decir que estás equivocado. Recuerda una cosa: no envidies a los ricos, no menosprecies a nadie.