Hombre, he estado hasta las rodillas en las trincheras cripto durante años, viendo el mercado oscilar como un péndulo en esteroides. Desde los emocionantes altibajos de 2017 hasta el verano de DeFi de 2020, una cosa siempre ha permanecido constante: el arbitraje. Ese punto dulce donde los precios difieren lo suficiente entre intercambios o cadenas para permitirte comprar bajo, vender alto y embolsarte la diferencia antes de que alguien más parpadee. Pero seamos realistas: el arbitraje manual es un trabajo duro. Estás mirando pantallas, analizando números y rezando para que tu bot no falle.