Después de 24 horas de suspensión, Estados Unidos se convirtió en la mayor "empresa de vagancia" del mundo. Cuando el gobierno de Estados Unidos se detuvo oficialmente el 1 de octubre, cientos de miles de empleados federales se convirtieron de la noche a la mañana en "profesionales del ocio". Los edificios de oficinas de Washington parecían apagarse al instante, como si fueran el mayor "café de ocio" del mundo. Desde una perspectiva profesional, la paralización no solo trae chistes. Afectará la financiación de infraestructuras, los fondos de investigación, los contratos de defensa e incluso impactará en la ayuda internacional. Esto significa que: la paralización en EE. UU. no solo es un problema para los estadounidenses, sino también un "juego de represalias" para el mercado global. Es fácil hacer comentarios, esta escena es como un episodio especial de "Juego de Tronos" en Washington: los legisladores están tensos, la gente se ve "forzada a rendirse" y los mercados financieros son arrastrados. Para los inversionistas, la estrategia más práctica es: no caer en el pánico de seguir la serie, hay que ver el estancamiento como un "guion de arbitraje" de fluctuaciones a corto plazo. Después de todo, la historia de los estancamientos en Estados Unidos nos dice: aunque haya gritos, al final el dinero tiene que gastarse.
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Después de 24 horas de suspensión, Estados Unidos se convirtió en la mayor "empresa de vagancia" del mundo.
Cuando el gobierno de Estados Unidos se detuvo oficialmente el 1 de octubre, cientos de miles de empleados federales se convirtieron de la noche a la mañana en "profesionales del ocio". Los edificios de oficinas de Washington parecían apagarse al instante, como si fueran el mayor "café de ocio" del mundo.
Desde una perspectiva profesional, la paralización no solo trae chistes. Afectará la financiación de infraestructuras, los fondos de investigación, los contratos de defensa e incluso impactará en la ayuda internacional. Esto significa que: la paralización en EE. UU. no solo es un problema para los estadounidenses, sino también un "juego de represalias" para el mercado global.
Es fácil hacer comentarios, esta escena es como un episodio especial de "Juego de Tronos" en Washington: los legisladores están tensos, la gente se ve "forzada a rendirse" y los mercados financieros son arrastrados. Para los inversionistas, la estrategia más práctica es: no caer en el pánico de seguir la serie, hay que ver el estancamiento como un "guion de arbitraje" de fluctuaciones a corto plazo. Después de todo, la historia de los estancamientos en Estados Unidos nos dice: aunque haya gritos, al final el dinero tiene que gastarse.