¿Se convertirán los funcionarios de la Reserva Federal en los consoladores del "vecino Wang" cuando Estados Unidos cierre sus puertas? Si el 1 de octubre el gobierno se paraliza y el Departamento del Tesoro de EE. UU. "se desconecta" directamente, será un duro golpe para el mercado. No olvidemos que la Reserva Federal no es un espectador curioso, son más como el vecino Wang: por un lado, te dan una palmadita en el hombro diciendo "mantén la calma", y por el otro, se preguntan "¿cuánto más podré aguantar?"
El estancamiento significa retraso en los datos, parálisis en el gasto público, los inversores no tienen referencias y solo pueden depender del comercio emocional. Y cuando los funcionarios de la Reserva Federal salen en bloque a hablar, es como si de repente hubieran organizado un "AMA de criptomonedas". Algunos dirán: "Los fundamentos económicos siguen siendo buenos." Otros añadirán: "Pero si las finanzas siguen causando problemas, las herramientas de tasas de interés no podrán soportarlo." Este tipo de discurso hace que el mercado, a veces, se sienta tranquilo y, a veces, entre en un estado de pánico.
La clave es que el estancamiento suele ser el producto de tirones políticos, y la Reserva Federal no puede ir al Congreso a apagar el interruptor, solo puede estabilizar la situación a través de palabras. La cuestión es si esas palabras son como "música suave" o como "sonido de alarma". Depende de la mentalidad de los inversores.
Resumen en una frase: El cierre del gobierno es una herida profunda, y las declaraciones colectivas de los funcionarios de la Reserva Federal solo pueden considerarse un "analgésico". Si realmente pueden aliviar el dolor, depende de si el mercado confía en ellos o sigue dudando de las promesas del vecino Wang.
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#美联储官员集体发声
¿Se convertirán los funcionarios de la Reserva Federal en los consoladores del "vecino Wang" cuando Estados Unidos cierre sus puertas?
Si el 1 de octubre el gobierno se paraliza y el Departamento del Tesoro de EE. UU. "se desconecta" directamente, será un duro golpe para el mercado. No olvidemos que la Reserva Federal no es un espectador curioso, son más como el vecino Wang: por un lado, te dan una palmadita en el hombro diciendo "mantén la calma", y por el otro, se preguntan "¿cuánto más podré aguantar?"
El estancamiento significa retraso en los datos, parálisis en el gasto público, los inversores no tienen referencias y solo pueden depender del comercio emocional. Y cuando los funcionarios de la Reserva Federal salen en bloque a hablar, es como si de repente hubieran organizado un "AMA de criptomonedas". Algunos dirán: "Los fundamentos económicos siguen siendo buenos." Otros añadirán: "Pero si las finanzas siguen causando problemas, las herramientas de tasas de interés no podrán soportarlo." Este tipo de discurso hace que el mercado, a veces, se sienta tranquilo y, a veces, entre en un estado de pánico.
La clave es que el estancamiento suele ser el producto de tirones políticos, y la Reserva Federal no puede ir al Congreso a apagar el interruptor, solo puede estabilizar la situación a través de palabras. La cuestión es si esas palabras son como "música suave" o como "sonido de alarma". Depende de la mentalidad de los inversores.
Resumen en una frase: El cierre del gobierno es una herida profunda, y las declaraciones colectivas de los funcionarios de la Reserva Federal solo pueden considerarse un "analgésico". Si realmente pueden aliviar el dolor, depende de si el mercado confía en ellos o sigue dudando de las promesas del vecino Wang.