La montaña, aunque no habla, sostiene el cielo y la tierra; el agua, por el contrario, tiene sonido y recibe lo que flota y se hunde. El bambú se doblega tres años para hacer un nuevo mensajero, la ciruela recibe el frío y así florece. A tus pies, miles de millas en busca del camino correcto; si el corazón está libre de impurezas, necesariamente entenderá la verdad. El vasto cielo y la tierra son infinitos, el entendimiento de los niños está siempre en medio de ellos. El mar de monedas es inconstante y está lleno de altibajos; una vez que entras por la puerta de la corrupción, es tan profundo como el mar.
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La montaña, aunque no habla, sostiene el cielo y la tierra; el agua, por el contrario, tiene sonido y recibe lo que flota y se hunde. El bambú se doblega tres años para hacer un nuevo mensajero, la ciruela recibe el frío y así florece. A tus pies, miles de millas en busca del camino correcto; si el corazón está libre de impurezas, necesariamente entenderá la verdad. El vasto cielo y la tierra son infinitos, el entendimiento de los niños está siempre en medio de ellos. El mar de monedas es inconstante y está lleno de altibajos; una vez que entras por la puerta de la corrupción, es tan profundo como el mar.