Los mineros han creado una gran cantidad de contenido autocrítico. Cuando los precios de las tarjetas gráficas se dispararon, toda la red estaba compartiendo un cómic que decía "los mineros y los jugadores compiten por las tarjetas gráficas": de un lado, un jugador llorando, y del otro, un minero sonriendo tontamente mientras abraza una tarjeta gráfica, con el texto: "Resulta que mi equipo de juego está minando".
Los mineros de Ethereum son grandes protagonistas de memes. Cuando las tarifas de Gas se disparan, se vuelve popular en Twitter el gif "los mineros contando dinero en la noche"; cuando la red está congestionada, aparece la imagen editada "los mineros nadando en el pool de transacciones". Una de las más clásicas es: un minero sentado frente a la computadora, los números de ganancias en la pantalla saltando constantemente, pero su cabello cada vez es menos, el título es: "Un año de minería, cosechando riqueza y calvicie".
El campo de los NFT tampoco se queda atrás. Un creador anónimo lanzó la serie "Cuerda para secar NFT" —literalmente un montón de perchas pixeladas y camisetas—, que se vendió por 50 ETH (aproximadamente 100,000 dólares en ese momento). La sección de comentarios explotó al instante: "¡Esta es la perfecta sátira de los NFT!" "¡Lo compré porque sé que será aún más sarcástico en el futuro!"
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Lo más fascinante del mundo de las criptomonedas es que siempre puede contar la historia más real de la naturaleza humana de la manera más absurda. Cada vez que el mercado experimenta una fuerte volatilidad, siempre hay alguien que muestra esa imagen clásica: un inversor sentado frente a su computadora, con gráficos de precios en la pantalla que fluctúan drásticamente, mientras su expresión cambia entre "hacerse rico de la noche a la mañana" y "quebrar de un momento a otro".
Quizás es ese autodesprecio y humor lo que permite a las personas del mundo de las criptomonedas mantener la claridad en un mercado tan turbulento. Como dijo un usuario de Twitter: "No estamos aquí porque estemos locos, sino porque tener que quedarnos aquí nos ha hecho un poco locos."
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#Gate广场创作点亮中秋# #币圈趣事分享#
Los mineros han creado una gran cantidad de contenido autocrítico. Cuando los precios de las tarjetas gráficas se dispararon, toda la red estaba compartiendo un cómic que decía "los mineros y los jugadores compiten por las tarjetas gráficas": de un lado, un jugador llorando, y del otro, un minero sonriendo tontamente mientras abraza una tarjeta gráfica, con el texto: "Resulta que mi equipo de juego está minando".
Los mineros de Ethereum son grandes protagonistas de memes. Cuando las tarifas de Gas se disparan, se vuelve popular en Twitter el gif "los mineros contando dinero en la noche"; cuando la red está congestionada, aparece la imagen editada "los mineros nadando en el pool de transacciones". Una de las más clásicas es: un minero sentado frente a la computadora, los números de ganancias en la pantalla saltando constantemente, pero su cabello cada vez es menos, el título es: "Un año de minería, cosechando riqueza y calvicie".
El campo de los NFT tampoco se queda atrás. Un creador anónimo lanzó la serie "Cuerda para secar NFT" —literalmente un montón de perchas pixeladas y camisetas—, que se vendió por 50 ETH (aproximadamente 100,000 dólares en ese momento). La sección de comentarios explotó al instante: "¡Esta es la perfecta sátira de los NFT!" "¡Lo compré porque sé que será aún más sarcástico en el futuro!"
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Lo más fascinante del mundo de las criptomonedas es que siempre puede contar la historia más real de la naturaleza humana de la manera más absurda. Cada vez que el mercado experimenta una fuerte volatilidad, siempre hay alguien que muestra esa imagen clásica: un inversor sentado frente a su computadora, con gráficos de precios en la pantalla que fluctúan drásticamente, mientras su expresión cambia entre "hacerse rico de la noche a la mañana" y "quebrar de un momento a otro".
Quizás es ese autodesprecio y humor lo que permite a las personas del mundo de las criptomonedas mantener la claridad en un mercado tan turbulento. Como dijo un usuario de Twitter: "No estamos aquí porque estemos locos, sino porque tener que quedarnos aquí nos ha hecho un poco locos."