Los gigantes financieros de Japón, MUFG, Sumitomo Mitsui y Mizuho, se han unido para emitir una nueva stablecoin vinculada tanto al yen japonés como al dólar estadounidense. El proyecto está diseñado para agilizar los pagos transfronterizos y modernizar la infraestructura de pagos digitales del país.
La iniciativa debutará con Mitsubishi Corporation como el primer caso de uso, donde la stablecoin se aplicará en liquidaciones de fondos corporativos. Juntas, las tres megabancos atienden a más de 300,000 clientes empresariales, lo que le da al proyecto un enorme potencial de alcance en los sectores industrial y financiero de Japón.
A diferencia de la moneda física, el nuevo stablecoin existirá únicamente en forma digital, asegurando transacciones más rápidas y eficientes, al tiempo que mantiene la paridad con las reservas fiduciarias. Las instituciones emisoras mantendrán activos equivalentes en depósitos bancarios para garantizar la estabilidad de la moneda y el cumplimiento regulatorio.
Esta colaboración marca uno de los pasos más significativos hasta ahora en el movimiento de Japón hacia un ecosistema de moneda digital regulada, potencialmente estableciendo un modelo de cómo los bancos tradicionales pueden fusionar estabilidad e innovación en la era de las finanzas basadas en blockchain.
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Los principales bancos de Japón se unen para lanzar una stablecoin anclada al yen y al Dólar.
Los gigantes financieros de Japón, MUFG, Sumitomo Mitsui y Mizuho, se han unido para emitir una nueva stablecoin vinculada tanto al yen japonés como al dólar estadounidense. El proyecto está diseñado para agilizar los pagos transfronterizos y modernizar la infraestructura de pagos digitales del país.
La iniciativa debutará con Mitsubishi Corporation como el primer caso de uso, donde la stablecoin se aplicará en liquidaciones de fondos corporativos. Juntas, las tres megabancos atienden a más de 300,000 clientes empresariales, lo que le da al proyecto un enorme potencial de alcance en los sectores industrial y financiero de Japón.
A diferencia de la moneda física, el nuevo stablecoin existirá únicamente en forma digital, asegurando transacciones más rápidas y eficientes, al tiempo que mantiene la paridad con las reservas fiduciarias. Las instituciones emisoras mantendrán activos equivalentes en depósitos bancarios para garantizar la estabilidad de la moneda y el cumplimiento regulatorio.
Esta colaboración marca uno de los pasos más significativos hasta ahora en el movimiento de Japón hacia un ecosistema de moneda digital regulada, potencialmente estableciendo un modelo de cómo los bancos tradicionales pueden fusionar estabilidad e innovación en la era de las finanzas basadas en blockchain.