En 2011, el exingeniero de Google Charlie Lee detectó las limitaciones de Bitcoin en cuanto a velocidad de transacción y comisiones, lo que le llevó a lanzar Litecoin: una red de pagos descentralizada ideada para ser más ligera y rápida.
Litecoin emplea una infraestructura de código abierto similar a la de Bitcoin. Incorpora optimizaciones que favorecen la velocidad y la eficiencia, lo que la convierte en una opción práctica para las transacciones del día a día. Por ello, se la denomina habitualmente Plata digital, actuando como complemento eficaz al estatus de Oro digital de Bitcoin.
El analista CoinsKid apunta que Litecoin lleva consolidándose desde su máximo en 2018 y destaca que los periodos de baja volatilidad suelen anticipar grandes movimientos de precio. Indica que, si LTC supera la barrera de 200 $, su potencial alcista podría alcanzar los 4 000 $, situándose posiblemente en el mismo rango de capitalización de mercado que Ethereum.
El 28 de octubre de 2025 (UTC), Canary Capital lanzará el Litecoin Spot ETF (LTCC) en Nasdaq, marcando la primera vez que un producto financiero tradicional cuenta con el respaldo directo de Litecoin subyacente. Este avance supone un reconocimiento clave al valor a largo plazo de Litecoin, impulsando la liquidez de mercado y ofreciendo a los inversores tradicionales una nueva puerta de acceso a los criptoactivos.
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A medida que las soluciones de capa 2 y las aplicaciones cross-chain maduran, Litecoin evoluciona de una versión ligera de Bitcoin a convertirse en un elemento clave de la infraestructura de pagos cripto. Su estabilidad, bajas comisiones y compatibilidad técnica sitúan a Litecoin como un puente fundamental. Este puente enlaza los pagos descentralizados con la adopción comercial generalizada.





