En el mercado de las criptomonedas, los tokens de plataforma se consideran habitualmente activos auxiliares para los exchanges. No obstante, GT (Gate Token) asume un papel estratégico de mayor alcance. Es el token central del ecosistema de Gate y actúa como motor tanto de Gate Chain como de Gate Layer, lo que lo posiciona como un auténtico token de infraestructura con un valor fundamental.
La base de la tokenómica de GT es su estructura deflacionaria. Gracias a quemas de tokens programadas de forma continua, se han retirado permanentemente más de 180 millones de GT—casi el 60 % de su suministro original—de la circulación. Esta estrategia refuerza de forma intrínseca el valor de GT en el mercado y ofrece a quienes lo poseen beneficios duraderos derivados de su escasez creciente.
Gate ha lanzado recientemente Gate Layer, una solución Layer 2 construida sobre OP Stack y plenamente compatible con Ethereum. GT es el único token de gas para Gate Layer y mantiene un mecanismo dual de quema. Así, GT amplía sus casos de uso y se integra de manera más profunda en el ecosistema Web3.
GT aporta ventajas concretas para los titulares, más allá de su papel principal como activo de intercambio:
Estas funcionalidades aumentan el valor práctico de GT y reafirman su posición como activo principal en la plataforma.
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Con la llegada de Gate Layer y el crecimiento de su ecosistema, GT ha evolucionado de ser un token de plataforma básico a convertirse en el motor fundamental que impulsa la infraestructura de Web3. El desarrollo acelerado de productos como el Centro de Operaciones de Contratos, el incubador sin programación Gate Fun y la herramienta intercadena Meme Go refuerza todavía más la propuesta de valor de GT. Al servir de puente entre los exchanges tradicionales y el universo Web3, GT no es solo un token: es el núcleo que impulsa todo el ecosistema cripto.