El precio de Bitcoin está impulsado por la oferta y la demanda del mercado; cuando la presión de compra supera la presión de venta, el precio sube, y viceversa, baja. La oferta limitada de 21 millones de monedas y el diseño de la reducción a la mitad cada cuatro años refuerzan su escasez, mientras que las compras a gran escala por parte de instituciones también aumentan la demanda, y productos financieros como los ETFs amplían los canales para la entrada de capital.
El valor de Bitcoin proviene de su naturaleza descentralizada e inmutable, su mecanismo de suministro transparente y estable, y su circulación global sin fronteras. Como una moderna reserva de valor digital, está reemplazando gradualmente al oro y al dólar estadounidense, convirtiéndose en un activo de inversión de nueva generación.
A medida que las presiones inflacionarias globales se intensifican y la confianza en las monedas fiduciarias disminuye, los fondos institucionales continúan fluyendo hacia Bitcoin. La adopción por parte de múltiples países y la expansión de los ETFs indican que se espera que Bitcoin se convierta aún más en un activo principal, impulsando los precios a seguir aumentando.