Las stablecoins mantienen una estabilidad de valor 1:1 al estar vinculadas a monedas fiduciarias como el dólar estadounidense, lo que las convierte en una herramienta importante para reducir la volatilidad de precios en el mercado de criptomonedas. Se utilizan ampliamente en escenarios como la cobertura de trading, colateral en DeFi y liquidación de pagos, proporcionando a los usuarios una conveniencia similar a la "moneda digital".
XRP es una herramienta de pago digital creada por el equipo de Ripple, que esencialmente no es una stablecoin, destinada a optimizar la liquidación de fondos transfronterizos a nivel global. XRP tiene velocidades de transacción extremadamente rápidas (aproximadamente 1500 transacciones por segundo) y tarifas bajas, pero su precio fluctúa significativamente con el sentimiento del mercado y los avances tecnológicos, sin garantía de estabilidad de precios.
El precio de las monedas estables suele fluctuar dentro de un rango de ±1%, respaldado por activos en moneda fiduciaria, mientras que XRP carece de dicha garantía de activos, con fluctuaciones diarias que alcanzan el 5%-10%, y en casos extremos incluso superando el 30%. Esto hace que XRP no posea las características funcionales de una moneda estable.
Ripple está expandiendo activamente su negocio lanzando la moneda estable en dólares estadounidenses RLUSD y planeando integrar el XRP Ledger con Ethereum. Además, Ripple está solicitando convertirse en una institución financiera cripto regulada para ayudar a garantizar la legalidad y el cumplimiento de XRP.
Para aquellos que buscan protegerse contra las fluctuaciones de valor, las monedas estables son más adecuadas; mientras que XRP es en realidad un activo de liquidación altamente volátil con un potencial significativo de crecimiento de valor a medio y largo plazo. Los inversores deben comprender plenamente las características de ambos y evaluar racionalmente los riesgos y los rendimientos.