La billetera de encriptación es una herramienta digital utilizada por los usuarios para almacenar, acceder y gestionar criptoactivos, proporcionando funcionalidades para ver saldos, enviar y recibir activos, siendo la custodia de claves privadas su núcleo. Las billeteras vienen en varias formas, incluyendo aplicaciones de software, dispositivos de hardware e incluso billeteras de papel, equilibrando seguridad y conveniencia.
Las carteras calientes están continuamente en línea, lo que hace que las operaciones sean convenientes, comúnmente se encuentran en aplicaciones móviles y extensiones de navegador como MetaMask y Trust Wallet, adecuadas para el comercio frecuente y las interacciones con DApp. Las carteras frías como Ledger y Trezor garantizan la seguridad de los activos a través del almacenamiento fuera de línea, lo que las hace adecuadas para la gestión a largo plazo.
Las billeteras de intercambio como Gate ofrecen gestión y conveniencia de trading todo en uno, pero los usuarios necesitan confiar en la plataforma para salvaguardar los activos, lo que plantea riesgos de centralización, haciéndola adecuada para usuarios con altas necesidades de liquidez.
Las carteras calientes populares incluyen MetaMask (Ethereum y EVM multi-chain), Trust Wallet (soporte de múltiples monedas) y Coinbase Wallet (navegación fácil de usar), entre otras. Las carteras de hardware están representadas por Ledger Nano X y Trezor Model T, que ofrecen los más altos estándares de seguridad en la industria.
Al elegir una billetera, debes considerar si soporta la blockchain y las monedas objetivo, si tiene claves privadas de autocustodia y si se alinea con los hábitos operativos personales y las necesidades de seguridad. Además, el soporte para funciones de airdrop e intercambio de tokens también es un beneficio.
Se aconseja a los nuevos usuarios que comiencen con billeteras calientes fáciles de usar que soporten cadenas principales, como MetaMask o Gate Wallet, y que gradualmente prueben billeteras de hardware para mejorar la seguridad. Hacer un respaldo razonable de las frases mnemotécnicas y evitar la exposición de las claves privadas son los fundamentos de la protección de activos.