El presidente de la Reserva Federal (FED), Jerome Powell, pronunció un discurso notable en la última conferencia de Jackson Hole, insinuando que la política monetaria de EE. UU. podría estar a punto de cambiar. Señaló que el riesgo de que el mercado laboral actual no rinda según lo esperado está aumentando, y esta tendencia podría allanar el camino para decisiones futuras de recorte de tasas.
Powell mencionó específicamente que las perspectivas económicas actuales están evolucionando hacia una dirección favorable para reiniciar los recortes de tasas de interés. Esta declaración ha sido ampliamente interpretada como un cambio significativo en la postura de La Reserva Federal (FED), lo que muestra que se está inclinando hacia una política más moderada.
Sobre el impacto de la guerra comercial en los precios al consumidor, Powell considera que este impacto, aunque es "claramente visible", puede ser solo un choque temporal y único, poco probable que se mantenga. Este punto de vista ha proporcionado cierta tranquilidad al mercado, aliviando las preocupaciones sobre la presión inflacionaria a largo plazo.
Los comentarios de Powell se consideran una clara inclinación hacia una postura "dovish", y el mercado cree en general que esto presagia que La Reserva Federal (FED) podría implementar una reducción de 25 puntos básicos en su próxima reunión de septiembre. Sin embargo, es importante señalar que Powell aún enfatizó la continua atención a la inflación, una postura que de alguna manera ha limitado las expectativas del mercado sobre posibles recortes significativos consecutivos por parte de la Reserva Federal (FED).
Este discurso refleja el esfuerzo de la Reserva Federal (FED) por buscar un equilibrio en el actual complejo entorno económico. Por un lado, Powell reconoce los desafíos que enfrenta el crecimiento económico, dejando espacio para una posible política monetaria más flexible; por otro lado, también está gestionando con cautela las expectativas del mercado para evitar generar un optimismo excesivo.
Con la continua incertidumbre económica global, tanto los inversores como los formuladores de políticas estarán atentos a los próximos movimientos de La Reserva Federal (FED). El discurso de Powell sin duda proporciona pistas importantes sobre la dirección futura de la política monetaria, pero la forma exacta de implementación aún necesita ser evaluada y ponderada en función de los próximos datos económicos.
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El presidente de la Reserva Federal (FED), Jerome Powell, pronunció un discurso notable en la última conferencia de Jackson Hole, insinuando que la política monetaria de EE. UU. podría estar a punto de cambiar. Señaló que el riesgo de que el mercado laboral actual no rinda según lo esperado está aumentando, y esta tendencia podría allanar el camino para decisiones futuras de recorte de tasas.
Powell mencionó específicamente que las perspectivas económicas actuales están evolucionando hacia una dirección favorable para reiniciar los recortes de tasas de interés. Esta declaración ha sido ampliamente interpretada como un cambio significativo en la postura de La Reserva Federal (FED), lo que muestra que se está inclinando hacia una política más moderada.
Sobre el impacto de la guerra comercial en los precios al consumidor, Powell considera que este impacto, aunque es "claramente visible", puede ser solo un choque temporal y único, poco probable que se mantenga. Este punto de vista ha proporcionado cierta tranquilidad al mercado, aliviando las preocupaciones sobre la presión inflacionaria a largo plazo.
Los comentarios de Powell se consideran una clara inclinación hacia una postura "dovish", y el mercado cree en general que esto presagia que La Reserva Federal (FED) podría implementar una reducción de 25 puntos básicos en su próxima reunión de septiembre. Sin embargo, es importante señalar que Powell aún enfatizó la continua atención a la inflación, una postura que de alguna manera ha limitado las expectativas del mercado sobre posibles recortes significativos consecutivos por parte de la Reserva Federal (FED).
Este discurso refleja el esfuerzo de la Reserva Federal (FED) por buscar un equilibrio en el actual complejo entorno económico. Por un lado, Powell reconoce los desafíos que enfrenta el crecimiento económico, dejando espacio para una posible política monetaria más flexible; por otro lado, también está gestionando con cautela las expectativas del mercado para evitar generar un optimismo excesivo.
Con la continua incertidumbre económica global, tanto los inversores como los formuladores de políticas estarán atentos a los próximos movimientos de La Reserva Federal (FED). El discurso de Powell sin duda proporciona pistas importantes sobre la dirección futura de la política monetaria, pero la forma exacta de implementación aún necesita ser evaluada y ponderada en función de los próximos datos económicos.