Los NFT operan y se almacenan en la red blockchain. La blockchain es básicamente un gran registro público digital. Las blockchains más populares se distribuyen a través de muchos nodos como los ordenadores de las personas, por lo que se las describe como "descentralizadas".
Cuando alguien crea, transfiere, compra o vende con un NFT, todo queda registrado en el blockchain. Esto es lo que permite la autenticación. Este registro sirve como una declaración permanente de autenticidad que puede ser vista o accedida por cualquier persona. Hoy en día, cuando se compra una obra de arte o un objeto de colección, es fácil que se olvide, se pierda o se destruya, lo que crea un sistema muy frágil para la autenticidad. El blockchain ofrece una solución sencilla y más segura a este antiguo problema de demostrar la autenticidad.
Al igual que otros tokens de blockchain, su NFT existirá en su dirección. Cabe señalar que los NFT no se pueden replicar o transferir sin el permiso del titular, ni siquiera por el emisor del NFT.
Los NFT pueden ser objeto de trading en mercados abiertos, incluidas las plataformas Gate NFT y OpenSea en Ethereum. Sus precios son volátiles y propensos a cambios en respuesta a la oferta y la demanda del mercado, así como a las tendencias culturales a las que están ligados algunos de los NFT. En los próximos años, veremos cómo los NFT se usan para desbloquear casos de uso completamente nuevos que solo son posibles gracias a las criptomonedas.
Hay muchas formas de crear y emitir NFT. La más popular es ERC-721, que es un estándar para la emisión y el trading de activos no fungibles en la red Ethereum.
Se han introducido otros estándares, como el ERC-1155. Permite que un único contrato contenga tokens fungibles y no fungibles, lo que abre un nuevo abanico de posibilidades. La estandarización de la emisión de NFT permite un mayor grado de interoperabilidad, lo que beneficia a los usuarios. Significa que los activos digitales únicos pueden transferirse más fácilmente entre diferentes aplicaciones.