La América corporativa está atrapada en un torbellino de ingeniería financiera que está empujando los límites como nunca antes. La carrera por estructuras de financiación innovadoras e instrumentos financieros complejos ha alcanzado un punto álgido. Pero aquí está la pregunta incómoda que nadie quiere hacer: cuando la música se detenga, ¿quién se queda con la carga? Esto ya no se trata solo de contabilidad ingeniosa, se trata de una exposición sistémica que podría repercutir en sectores enteros.
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La América corporativa está atrapada en un torbellino de ingeniería financiera que está empujando los límites como nunca antes. La carrera por estructuras de financiación innovadoras e instrumentos financieros complejos ha alcanzado un punto álgido. Pero aquí está la pregunta incómoda que nadie quiere hacer: cuando la música se detenga, ¿quién se queda con la carga? Esto ya no se trata solo de contabilidad ingeniosa, se trata de una exposición sistémica que podría repercutir en sectores enteros.