El año pasado, tomé té con un veterano inversionista de Shenzhen. Este tipo se retiró hace diez años gracias al Mercado secundario, y el año pasado, antes del Día Nacional, el mercado nuevamente duplicó sus activos. Al hablar sobre sus experiencias de inversión, recuerdo algunas de sus frases hasta ahora.

"He estado en esto por más de veinte años, y ganar dinero no es porque sepa mucho, sino porque cometo pocas tonterías." Él encendió un cigarrillo, "aquellos que estudian diariamente las formas de las velas y los indicadores técnicos, al final la mayoría termina perdiendo. Yo solo hago lo más simple: entender quién está comprando y quién está vendiendo."

Él dio un ejemplo: si el precio sube o no, lo clave es ver si hay grandes fondos dispuestos a intervenir. Y si los grandes fondos están dispuestos a hacerlo, hay que ver si los minoristas se han salido del mercado. Esta lógica suena complicada, pero en realidad es un juego de apuestas: lo que más teme el principal es que en medio de la subida, un montón de gente saque ganancias y se vaya, causando una caída que le haga perder incluso a él.

Por lo tanto, antes de un verdadero aumento, necesariamente debe haber una limpieza.

"Los que no pueden mantener sus fondos flotantes, se asustan con cualquier pequeño movimiento. Al principio, son los más propensos a ser dejados atrás." Él sacudió las cenizas del cigarrillo, "una vez que se limpie, los que quedan son los verdaderos leales, en ese momento es más fácil subir. Si quieres juzgar si un activo tiene espacio para crecer, no mires el análisis técnico, observa las intenciones de la oposición: si los grandes ya no se preocupan por si los pequeños pueden ganar dinero, entonces están listos para actuar en serio."

Le pregunté cómo ve el tablero del oponente.

Él sonrió: "El volumen de transacciones, la distribución de fichas, el método de órdenes grandes, estas cosas no requieren teorías muy profundas, solo es suficiente el sentido común. La mayoría de la gente pierde dinero, no porque no lo entiendan, sino porque piensan demasiado en ello y terminan arruinando lo simple."

Después de ese día, comencé a repasar mis operaciones y me di cuenta de que, muchas veces, realmente pensé demasiado. La esencia del mercado nunca es complicada, es simplemente una lucha entre capital y fichas. Quien pueda ver esta capa, podrá estar en una posición más proactiva.