La libertad siempre está vinculada al apalancamiento. Esas historias siempre ocurren en esos veranos, en alguna temporada. Todos pagan por esas historias.

Ver cómo se eliminan constantemente las inscripciones y cómo se niega su estructura, nadie puede evitar volver a los inicios.

Esencialmente, es porque el intercambio no quiere indexar la cotización de nuevos protocolos y además tiene que hacer órdenes de compra de liquidez.
Debido a la distribución equitativa, los creadores de mercado no pueden intervenir de manera determinista.

Pero debido a la popularidad y a la alta rotación que permite ganar comisiones, así como a la competencia entre los operadores, la popularidad ha alcanzado un clímax, quizás un lugar del que nunca se regresará.

Durante estos años, he comprendido algo interesante: no debemos confiar repetidamente en una moneda. Es mejor amar una moneda solo una vez y poseerla una vez.

No toques la tercera vez, ni siquiera compres la segunda vez. No te justifiques a ti mismo por pequeñas pérdidas o por la creencia en decisiones a corto plazo, ni te cuentes historias para engañarte.

La gente cree que antes de una nueva narrativa, primero debe tener el derecho a elegir. Mira cómo eres ahora. Dices que es construcción, pero en realidad crees en un milagro imposible. Crees que el mercado sigue su camino y descubre lo que se llama valor, esperando que todos paguen por tu costo. Si realmente llega ese día, serás la primera persona en correr.

No mantengas tantas, desprenderte es el primer paso para mantener el derecho a elegir.